Capítulo 54: Tiempo que se Agota

—¿Lily? ¡Lily!

La voz de Martha resonó por el campo, cada vez más desesperada.

Talia giró al escuchar su voz. Vio a Martha caminando de un lado a otro cerca del borde de los campos, con los ojos escudriñando cada hilera como si estuviera buscando algo.

Frunció el ceño mientras se acercaba.

—¿Martha? ¿Qué está pasando? —preguntó, preocupada.

Martha se volvió rápidamente, su rostro tenso por la preocupación.

—¿Has visto a Lily? Alguien me dijo que vino a los campos esta mañana.

El ceño de Talia se profundizó.

—No, no la he visto. He estado revisando por aquí... pero no pensé que vendría aquí de nuevo.

—No está aquí —dijo Martha, frustrada—. Ya pregunté a los trabajadores. Tampoco está con los cosechadores.

—Acabo de estar en la casa de la manada. Tampoco está allí —respondió Talia, mirando alrededor—. ¿Dónde podría haber ido?

Martha se giró, viendo a Bianca cerca y llamándola.

—¡Bianca! ¿Has visto a Lily hoy?

Bianca se acercó, ligeramente sin aliento.