Kieran mantuvo su mirada. Como si estuviera tratando de decirle algo pero no pudiera explicarlo del todo. Como si quisiera que ella entendiera pero no quisiera expandirse.
Otoño, sin embargo, permaneció congelada en el gimnasio vacío, las palabras de Kieran todavía resonaban en su cabeza.
¿Qué demonios quería decir con dudar? ¿Dudar en hacer qué? ¿Por qué no podía simplemente... hablar... como la gente normal?
Incluso pensó en...
Antes de que pudiera desentrañarlo más, un guerrero Luna Negra irrumpió, sin aliento.
—¡Alfa! Velor está aquí... está en la sala de invitados y exige tu presencia.
—¡¿Ese bastardo se atreve a aparecer en mi tierra?!! —El aura de Kieran instantáneamente se tornó helada. Otoño podía sentir cómo el aire mismo retrocedía ante él. ¡Había destellos helados por todo su cuerpo!