[ De vuelta en la fiesta ]
Risas, aullidos, tintineo de metal y cánticos borrachos y bulliciosos... era como estar atrapado en una jaula con cada instinto primario gritando.
Kieran odiaba esto profundamente.
Dejó la copa con un golpe seco, entrecerrando los ojos sin mirar a nada en particular.
Lyla estaba sentada en uno de los sofás mientras él permanecía de pie en la esquina, bebiendo su tercera copa consecutiva.
Pero nada ayudaba. Seguía atrapado... en aquellas esmeraldas y rojo... sus pensamientos comenzaban a desorientarse demasiado. Miró el reloj. Apenas eran las nueve. Todavía tenía tres horas más que matar, antes de que el reloj marcara la medianoche.
Ese sería el momento en que comenzaría la fiesta posterior. Y esa sería su señal para escabullirse del perímetro de los Colmillos Sangrientos. Hasta entonces, tenía que mezclarse, sin meterse en ninguna confrontación.
Solo estrechar manos, asentir, sonreír... todo lo cual Kieran no lograba hacer adecuadamente.