Capítulo 24 - El Peso de 'Mía': Un Ultimátum Peligroso
—¿Mía? ¿Está todo bien?
Esas dos palabras resonaron en mis oídos como un toque de difuntos. La voz masculina desconocida que salía de mi teléfono secreto—el teléfono que Kaelen ahora sostenía en su oreja—acababa de firmar la sentencia de muerte de alguien.
Los ojos de Kaelen se oscurecieron peligrosamente, su mandíbula tensándose mientras me miraba con tal intensidad que sentí físicamente que su mirada me quemaba.
—¿Quién. Es. Este? —gruñó al teléfono, cada palabra goteando veneno.
No podía respirar. Mi pecho se contrajo dolorosamente mientras observaba cómo la rabia transformaba el apuesto rostro de Kaelen en algo aterrador. Antes de que la persona al otro lado pudiera responder, Kaelen arrojó el teléfono contra la pared con tal fuerza que se hizo añicos.
—Kaelen, por favor... —comencé, retrocediendo hasta que mis piernas chocaron con el borde de la cama.