Ignorando a Draven

Meredith.

—Deja que todo lo que pasó permanezca en el pasado.

Me quedé mirando la puerta cerrada después de que Kira y Deidra se fueron, esas palabras resonando en mi cabeza como una maldición. Mi sangre hervía.

¿Qué quiere decir con dejar que todo lo que pasó quede en el pasado?

¿Acaso Draven entendía el peso de lo que me había dicho? ¿La crueldad detrás de ello? ¿O era solo otra orden que esperaba que yo aceptara con la cabeza agachada, como la obediente y maldita mujer que se suponía que debía ser?

¡Qué descaro el suyo!

Si pensaba que iba a perdonar y olvidar lo que me hizo hace menos de veinticuatro horas, entonces o era un bromista o pensaba que yo lo era.

Apreté la mandíbula tan fuerte que dolía. Mi apetito casi desapareció por completo. Casi.

Pero no dejaría que ese hombre —sus palabras, su audacia— arruinara lo único pacífico que quedaba en este miserable lugar: mi cena.