La Pequeña Arrepentida

(Punto de vista en tercera persona).

—¿Quién soltó el caballo? —preguntó Draven, con voz baja y peligrosa mientras su mirada viajaba de una persona a otra.

Nadie habló.

Los guerreros parecían aturdidos, inclinando sus cabezas en confusión y vergüenza. No deberían haber descuidado sus deberes ni por un segundo.

El Alfa no iba a perdonar esto.

Jeffery, que acababa de llegar, ladró órdenes a algunos de ellos para asegurar los caballos restantes.

Wanda entró en pánico al ver a Xamira parada a un lado con aspecto culpable. Solo faltaba un minuto para que Draven la encontrara y conectara los puntos, y ella no quería que eso sucediera.

No quiere que Draven sepa nunca quién soltó a Tempestad y causó tal alboroto. No le beneficiaría. Después de todo, Xamira había estado bajo su cuidado. Ella tendría que asumir la culpa.

Con la esperanza de distraer a Draven, Wanda dio un paso adelante, con una sonrisa tensa y una voz excesivamente dulce.