El reloj marcaba las 5:30 PM. Estiré los brazos por encima de mi cabeza, sintiendo el satisfactorio crujido en mi columna después de horas encorvada sobre documentos. Mi primera semana en el Grupo Sterling había sido un torbellino de emociones—desde el vergonzoso primer encuentro con Liam hasta su extraño comentario posesivo de ayer. Todavía no podía creer que me hubiera llamado Catherine en ese tono autoritario.
Un suave golpe interrumpió mis pensamientos. Evelyn asomó la cabeza, su elegante cabello rubio perfectamente en su lugar a pesar del largo día.
—¿Lista para irnos? —preguntó con una cálida sonrisa.
Asentí, recogiendo mi bolso. —Más que lista. Esta semana ha sido...
—¿Movida? —sugirió Evelyn con una mirada cómplice.
—Eso es quedarse corto.
Mientras salíamos al pasillo, apareció Damian, su alta figura apoyada casualmente contra la pared, con su característica sonrisa en su lugar.