(Advertencia de contenido: Este capítulo contiene contenido explícito y está destinado a lectores adultos.)
POV de Liam
La puerta de mi dormitorio se cerró tras nosotros. Dejé a Hazel en el suelo, sus pies descalzos tocando la mullida alfombra. La tenue luz de la lámpara de noche proyectaba un resplandor dorado sobre sus facciones mientras me miraba, sus ojos llenos de deseo y anticipación.
—¿Estás segura de esto? —pregunté, dándole una última oportunidad de echarse atrás.
En lugar de responder, Hazel se estiró y atrajo mi rostro hacia el suyo. Su beso fue su respuesta – feroz, hambriento y exigente. Cualquier duda que tuviera se desvaneció en un instante.
Cuando finalmente nos separamos, ambos respirando agitadamente, acuné su rostro entre mis manos.
—Dios, te deseo tanto que duele.
—Entonces tómame —susurró contra mis labios—. Soy tuya, Liam. Completamente tuya.