El POV de Hazel
Me desperté sintiéndome deliciosamente adolorida en lugares que me recordaban cuán completamente Liam me había reclamado anoche. La luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas, proyectando un resplandor dorado sobre la forma dormida de Liam a mi lado.
Mi corazón se hinchó mientras contemplaba su apuesto rostro, relajado en sueños. Sin ceño fruncido, sin tensión en su mandíbula. Solo paz. Resistí el impulso de trazar mis dedos a lo largo de su fuerte mandíbula, no queriendo despertarlo todavía.
La noche anterior había sido... increíble. Estremecedora. Transformadora. Todos los clichés aplicaban, y aun así ninguno parecía adecuado para describir lo que habíamos compartido.
Los ojos de Liam se abrieron, esos únicos ojos violeta-azul enfocándose en mí. Una lenta sonrisa se extendió por su rostro.
—Buenos días —murmuró, con voz ronca por el sueño.
—Buenos días —susurré en respuesta, repentinamente tímida a pesar de nuestra intimidad.