La sala de conferencias se sentía como una olla a presión después de que terminó la presentación. Mis manos temblaban ligeramente mientras recogía mis papeles, tratando de ignorar la intensa mirada de Liam desde el otro lado de la mesa.
Morris me sonrió radiante mientras los ejecutivos del Grupo Sterling intercambiaban miradas impresionadas.
—Brillante presentación, Hazel. Tu conocimiento de sus sistemas nos dio la ventaja que necesitábamos.
—Gracias —respondí, colocándome un mechón de pelo detrás de la oreja.
Había estado temiendo esta reunión desde que Morris me dijo que necesitaba que lo acompañara al Grupo Sterling. Al principio, pensé que era otro de los planes de Liam para verme, pero la realidad era más práctica – mi familiaridad con sus operaciones me hacía valiosa para presentar nuestro software.
—La interfaz es exactamente lo que hemos estado buscando —dijo Damian, asintiendo con aprobación—. Limpia, intuitiva y compatible con nuestro marco existente.