Justicia Servida, Un Encuentro Impactante

Mi cabeza palpitaba sordamente mientras estaba sentada en la sala de examen del hospital. El médico iluminó mis ojos con una linterna, su expresión profesionalmente preocupada.

—El corte en tu mejilla es superficial, pero me preocupan los posibles síntomas de conmoción cerebral —dijo, tomando notas en su historial—. ¿Mareos? ¿Náuseas?

Parpadee lentamente, deliberadamente.

—Algunos mareos cuando me pongo de pie. Y mi visión se nubló brevemente antes.

Ninguno de los síntomas era cierto, pero el médico asintió gravemente.

—Me gustaría realizar algunas pruebas más para estar seguro.

Perfecto. Cuanto más extenso fuera el informe médico, más sólido sería mi caso contra Tanya. El equipo legal de Sebastián me había aconsejado documentar todo minuciosamente. No esperaba sentir una satisfacción tan feroz al seguir adelante con la presentación de cargos, pero cada paso era como un peso que se levantaba de mis hombros.