POV de Hazel
Vi a Vera alejarse, su paso confiado delatando su satisfacción con cualquier plan que hubiera tramado con Cora. La puerta del coche se cerró con un suave golpe, sellando mi destino en esta cuidadosamente orquestada situación.
La presencia de Sebastián a mi lado era abrumadora. Intenté presionarme contra la puerta para crear distancia, pero de repente el sedán de lujo se sentía como el espacio más pequeño del mundo.
—¿Cómoda? —preguntó Sebastián nuevamente, su voz profunda resonando en el espacio confinado.
—Estoy bien —mentí, extremadamente consciente de cada centímetro donde nuestros cuerpos podrían tocarse.
El coche se alejó de la acera. Cora se sentó silenciosamente junto a la ventana, demasiado callada para su habitual personalidad parlanchina. La miré de reojo y capté el fantasma de una sonrisa en sus labios. Estaba planeando algo.