## El punto de vista de Hazel
Mi teléfono vibró de nuevo mientras me alejaba de la acera. Alistair. Otra vez. Con un suspiro resignado, contesté.
—¿Qué pasa ahora?
—Te crees muy lista, ¿verdad? —Su voz goteaba veneno—. Presentando denuncias a la policía, haciendo que mi hermana parezca inestable.
—Tu hermana es inestable. Me drogó.
—Si no retiras los cargos, me aseguraré de que este divorcio se prolongue durante años. —Su amenaza quedó suspendida en el aire entre nosotros—. Te enredaré en tanta burocracia legal que desearás nunca haberte cruzado conmigo.
Apreté el volante con más fuerza.
—¿De eso se trata? ¿Mantenerme atrapada en un matrimonio que no quiero solo para vengarte?
—Llámalo como quieras. —Se rió amargamente—. Pero recuerda, mientras seas mi esposa, tengo ciertos derechos sobre tus bienes. Sobre tu sangre. Sobre ti.
Un escalofrío recorrió mi espalda. El hombre que una vez amé había desaparecido, reemplazado por este extraño retorcido y vengativo.