## El punto de vista de Hazel
—¿Hazel? Hazel, ¿puedes oírme?
La voz de Cherry me devolvió a la consciencia. Mis párpados se abrieron para ver su rostro preocupado flotando sobre mí.
—Gracias a Dios —suspiró—. Te desmayaste por un minuto.
El dolor pulsaba a través de mi rodilla en oleadas violentas. Intenté sentarme pero inmediatamente me arrepentí cuando las náuseas me invadieron.
—No te muevas —dijo nuestra guía con firmeza—. El equipo de rescate todavía está a unos cuarenta minutos de distancia.
Apreté los dientes.
—¿Cuarenta minutos?
—El sendero es difícil de acceder —explicó disculpándose—. Vienen tan rápido como pueden.
La lluvia comenzó a salpicar contra las hojas sobre nuestras cabezas. Perfecto. Simplemente perfecto.
—¿Al menos podemos llevarla a un lugar más resguardado? —preguntó Quentin Young, nuestro director de marketing—. Esta lluvia solo va a empeorar las cosas.
La guía examinó nuestro entorno con el ceño fruncido de preocupación.