Curación

Marvin se apresuró hacia adelante en el momento en que se dio cuenta de lo que estaba sucediendo.

El cuerpo de Leo seguía moviéndose, sus piernas aún impulsándose hacia adelante a pesar de las inequívocas señales de inconsciencia.

—Detente muchacho, acabarás matándote si no... —dijo Marvin, mientras sin dudar lo agarró por los hombros y lo levantó completamente del suelo.

Pero incluso mientras Marvin levantaba el cuerpo de Leo en el aire, Leo seguía forcejeando y luchando contra la restricción, sus músculos crispándose, sus extremidades sacudiéndose como si buscaran suelo firme.

Sus piernas pateaban débilmente, desesperadas por seguir corriendo, a pesar de que su mente ya se había apagado hace tiempo.

Marvin frunció el ceño, mirando fijamente los inquietantes ojos en blanco de Leo, buscando algún destello de conciencia.

Sin embargo, no había nada que encontrar.

Leo se había ido.

Y aun así—su cuerpo se negaba a detenerse.