Mientras Su Yang continuaba esquivando y zigzagueando bajo la creciente presión, la preocupación de Su Ran se intensificaba—su oponente se movía con tal compostura y precisión, era como si la herida abierta en su abdomen no existiera en absoluto.
—¿Qué clase de fenómeno eres? ¿Por qué puedes seguir moviéndote así? —preguntó Su Ran con incredulidad, su voz quebrándose por la frustración y el miedo.
Sin embargo, Su Yang no respondió.
Su silencio hablaba más fuerte que cualquier palabra—como un monstruo que ya no necesitaba palabras para afirmar su dominio.
*SHUA–*
Su Ran arremetió hacia adelante con una estocada afilada y penetrante destinada a inmovilizar a Su Yang, pero Su Yang se inclinó lo suficiente para dejarla pasar por su hombro.
*SHUA—*
Su Ran lo siguió con otra estocada hacia su cuello, sin embargo, Su Yang rodó por debajo, antes de esquivar un corte amplio.