(Arena del Dios del Cielo – Combate Final 7, Leo contra Ramos)
Ramos no pidió un sustituto después de su pelea con Enzo.
No tenía intención de hacerse a un lado, no cuando el foco final estaba a su alcance.
Internamente, estaba decidido a terminar el torneo aquí y ahora, derribando a Leo y reclamando la gloria de asegurar el campeonato de Ginebra con sus propias manos.
Ya que desesperadamente quería que los titulares, las entrevistas posteriores al combate y las fotografías de la victoria fueran solo sobre él y nadie más, no sobre el equipo.
Y por ese objetivo, se quedó, aunque sustituirlo podría haber sido la mejor opción.
—Ya no puedes huir de mí, Fragmento del Cielo —murmuró Ramos con una sonrisa mientras Leo se acercaba, mientras se colocaba en posición de combate y desplazaba su peso hacia adelante.