(Punto de vista de Darnell Nuna – Planeta Desconocido, Custodia del Culto Maligno, Día 3)
«Pensé que la base del Culto Maligno sería como algo sacado de la mazmorra de un nigromante... paredes de piedra húmedas, cadenas de hierro, el hedor de carne putrefacta y cráneos dispuestos como decoración», reflexionó Darnell mientras se sentaba junto a la ventana, mirando el resplandeciente horizonte de lo que parecía una ciudad bastante funcional.
Pero para su sorpresa, ninguno de esos clichés de fantasía oscura se aplicaba.
No estaba atado. No lo estaban torturando. Diablos, ni siquiera lo vigilaban todo el tiempo. Su habitación tenía un colchón real—de alta calidad además—almohadas esponjosas, sábanas limpias y una vista panorámica de una extensa ciudad bañada en la cálida luz del atardecer.
Ocasionalmente, incluso llamaban educadamente a la puerta antes de entregarle sus comidas.