—¿Puedo tener un momento a solas con el chico? —dijo finalmente Ladina, con la voz tensa por la frustración apenas contenida.
—Si no le importa...? —añadió, mirando al Director Alric.
Alric se señaló la cara con confusión, luego miró alrededor de la oficina como si quisiera asegurarse de que efectivamente le estaba hablando a él.
Era su propia maldita oficina, y sin embargo allí estaba, siendo invitado a salir como un invitado que se ha quedado demasiado tiempo.
—Claro... Esperaré en el vestíbulo —dijo Alric tras una pausa, reprimiendo su irritación mientras se levantaba y se dirigía hacia la puerta.
Normalmente, no habría accedido tan fácilmente a tal petición.
Sin embargo, Ladina Horizon no era cualquier persona.
Era la maldita CEO del Grupo Dominio Horizonte y cuando te pedía prestada tu oficina, simplemente lo hacías. Sin hacer preguntas.
No sabía qué quería decir que él no pudiera escuchar, pero fuera lo que fuese, estaba claro que no era para sus oídos.