Felix se volvió hacia la puerta y Abigail lo siguió, lista para enfrentar lo que sea que les esperara en ese misterioso lugar del que hablaba el trozo de papel. Sus pasos resonaban en el pasillo, firmes, decididos... o al menos eso intentaban aparentar.
—Genial —murmuró Abigail, su voz cargada de sarcasmo—. Vamos a un lugar misterioso y peligroso. Justo lo que necesitaba para alegrar mi día.
Felix soltó una risa mientras la miraba de reojo.
—Bueno, al menos estaré allí para protegerte —dijo con una sonrisa que intentaba ser tranquilizadora, pero que a ella le resultó sospechosamente encantadora.
—Oh, qué alivio. Con tu protección, seguro sobreviviré a cualquier cosa —contestó Abigail, rodando los ojos.
Aunque su corazón seguía apretado por la revelación anterior, no pudo evitar soltar una sonrisa. El humor, después de todo, era su mecanismo de defensa favorito. Felix también sonrió. Por un momento, todo pareció un poco menos complicado.
Hyunjin ya había salido de la oficina, sin escuchar nada de lo que acababa de ocurrir. Tenía otras cosas en la cabeza. O más bien, necesitaba dejar de pensar por un rato.
Más tarde, en el bar “El Infierno”, Abigail se sentó con Felix, Seungmin, Changbin y Lee Know. El ambiente era relajado, aunque la conversación estaba a punto de dejar de serlo.
—Bueno, chicos —empezó Abigail, con un tono serio pero su inevitable toque de sarcasmo—, tenemos un pequeño problema. Felix y Seungmin encontraron un papel que menciona algo llamado “La flor de la muerte”. Y estoy bastante segura de que tiene que ver conmigo. Con mi pasado.
—¿Y qué tiene que ver con nosotros? —preguntó Changbin, frunciendo el ceño.
—Todo. Si afecta mi origen, nos afecta a todos. Y para descubrir qué significa, tendremos que ir a un lugar... no muy amistoso.
—¿Qué lugar? —intervino Lee Know, sospechando que no le iba a gustar la respuesta.
Abigail sonrió, esa sonrisa que usaba cuando sabía que estaba a punto de decir algo que generaría caos.
—Tenebrous.
—¿Qué es eso? ¿Un spa para vampiros? —soltó Changbin.
—No exactamente. Es una ciudad donde la oscuridad reina, donde viven los que no pertenecen ni al cielo ni al infierno. Los del limbo. Y sí, también los vampiros.
—¿Vampiros? —repitió Seungmin, levantando una ceja—. ¿Vamos a visitar a los inmortales?
—Exacto. Y espero que no nos maten en el proceso —dijo Abigail, como si fuera un paseo al supermercado.
Felix se apoyó sobre la mesa, curioso.
—¿Y los vampiros de allá son como los de las películas? ¿Se queman con el sol y brillan como diamantes?
—No brillan, pero sí tienen colmillos afilados. Y no, no explotan con la luz del sol. Aunque prefieren la noche. Son como gatos... pero más sangrientos.
—¿Y qué comen? ¿Sangre de pollo? —preguntó Lee Know, claramente incómodo.
—Sangre humana, querido. Pero tranquila, no la piden como si fuera un jugo en la barra. Hay acuerdos. Intercambios. Favores.
Changbin se rió.
—Nada dice "cita romántica" como donar sangre a un vampiro.
Abigail sonrió con picardía.
—Y hablando de citas con vampiros… creo que debemos llevar a Taehyung.
—¿Qué? —saltaron casi todos al mismo tiempo.
—Taehyung tiene un… interés especial en los vampiros —dijo, tratando de sonar diplomática.
—¿Interés? ¿Como de hobby o de fetiche? —preguntó Seungmin con una sonrisa traviesa.
—De fetiche. Literalmente. Tiene una colección de novelas románticas vampíricas y, según él, su alma gemela debe tener colmillos.
—Genial —murmuró Lee Know—. Vamos a una ciudad peligrosa con un demonio enamorado del clan enemigo. ¿Qué puede salir mal?
Como si el universo quisiera demostrar su punto, la puerta del bar se abrió de golpe y apareció Taehyung, sonriente, como si supiera que acababan de invocar su nombre.
—¡Hola, chicos! ¿Están hablando de mí? ¿Vamos a una fiesta de vampiros o qué?
Abigail se cruzó de brazos.
—Vamos a Tenebrous.
Taehyung brilló de emoción.
—¡Por fin! ¡La ciudad de los colmillos! ¡Estoy listo para conocer al amor de mi vida y ver si realmente duermen en ataúdes!
—Hay un pequeño problema —interrumpió Abigail.
—¿Que los ángeles vienen con nosotros y los vampiros los odian más que yo a los spoilers? —dijo él, señalando a Lee Know y Changbin.
Ambos ángeles levantaron las manos en defensa.
—¡Somos encantadores! —dijo Changbin.
—Y guapos —añadió Lee Know.
—Sí, bueno, eso no cambia el hecho de que fueron ustedes quienes los maldijeron —dijo Taehyung—. Pero tranquilo, tengo un plan.
—¿Un plan que incluye ajo y canciones celestiales? —preguntó Abigail, alzando una ceja.
—Si es necesario —respondió él con una sonrisa—. Pero también tengo encanto. Y un par de colmillos falsos por si las cosas se complican.
La conversación continuó con risas, sarcasmo y teorías ridículas sobre vampiros... hasta que Hyunjin entró por la puerta, tambaleándose y con los ojos vidriosos. Silencio. Todos lo miraron, sorprendidos.
—¿Hyunjin? —preguntó Felix, preocupado—. ¿Estás... bien?
Hyunjin sonrió, torcido, como si el mundo girara más rápido de lo normal.
—¿Quién necesita estar bien cuando puedes estar ebrio?
Abigail suspiró, sabiendo que lo que estaba por venir sería mucho más complicado de lo que imaginaban.