Capitulo 21

Después de la visión que le mostró su futuro como Papa, Thomas sintió una nueva claridad sobre su propósito. En una misa especial en el seminario, mientras escuchaba la lectura del Evangelio según Mateo (28:16-20), donde Jesús encomienda a sus discípulos la gran misión de ir y hacer discípulos a todas las naciones, Thomas comprendió que su llamado era mucho más grande que él mismo.

El rector, con voz solemne, recordó a los seminaristas que la autoridad y el poder que recibirían no eran para su gloria, sino para servir y guiar al pueblo de Dios con humildad y amor.

En ese momento, Thomas sintió en su corazón una fuerza renovada y una certeza absoluta: debía prepararse para ser un pastor que llevara la luz de Cristo a todos los rincones del mundo.

Esa noche, en oración profunda, le pidió a Dios la gracia de ser un líder humilde y valiente, dispuesto a enfrentar cualquier desafío para cumplir con la misión que le había sido confiada.

Con esta convicción, Thomas dio un paso más en su camino, sabiendo que cada sacrificio y prueba lo acercaban a su destino divino.