Capitulo 20

Después de tantos desafíos y pérdidas, Thomas se encontraba en un momento decisivo de su formación. La incertidumbre y el dolor aún lo acompañaban, pero una noche, mientras oraba con el corazón abierto, recibió una señal divina que cambiaría su destino para siempre.

En un sueño claro y luminoso, vio su propia imagen vestido con la vestimenta blanca papal y el solideo blanco, símbolo de pureza y autoridad espiritual. La figura irradiaba serenidad y una luz celestial que parecía venir directamente del cielo.

Una voz suave y firme le habló:

—Thomas, este es el camino que te he preparado. No temas las dificultades, porque Yo estaré contigo siempre. Tu misión es grande, y te he elegido para guiar a mi pueblo.

Al despertar, Thomas sintió una paz profunda y una fuerza renovada. Comprendió que su vocación era un llamado divino, y que aunque el camino sería arduo, Dios lo acompañaría en cada paso.

Con este nuevo impulso, Thomas decidió seguir adelante con más determinación que nunca, listo para enfrentar los desafíos que le esperaban y cumplir con el destino que le había sido confiado.