Capitulo 25

Thomas sentía el peso de la misión, pero también la paz que nace de la confianza en Dios. En medio de las dudas y los desafíos, aprendió que la verdadera fortaleza está en aceptar la fragilidad humana y en dejarse guiar por la gracia divina.

Una tarde, durante una caminata por los jardines del seminario, se encontró con un joven seminarista que atravesaba una crisis de fe. Thomas se sentó a su lado y, con palabras sencillas, le compartió su propia experiencia:

—No siempre es fácil creer cuando todo parece incierto, pero la fe no es ausencia de dudas, sino la decisión de seguir adelante a pesar de ellas.

El joven lo escuchó atento y, por primera vez en semanas, mostró una sonrisa de esperanza.

Thomas comprendió que su camino no era solo para él, sino para ser luz para otros en la oscuridad.

Esa noche, en oración, agradeció la oportunidad de servir y pidió la gracia de ser un pastor fiel, humilde y lleno de amor.

Con esta paz interior, Thomas cerró una etapa de su formación, listo para enfrentar lo que viniera con fe y valentía.