"¡¿Qué?!"
El serio rostro del oficial se contrajo un poco. Pero dado que era un veterano con años de experiencia, se las arregló para recuperar rápidamente su expresión adusta y su actitud profesional:
"Lamento interrumpirlo a usted y a su novia, señor. No puede estacionar aquí por más tiempo!"
Charlie asintió con satisfacción y dijo:
“Bien".
El oficial continuó:
"Por favor, retire su auto de inmediato. ¡Y si quiere, puede ir a casa a divertirse con su novia!"
Wendy se escondió en los brazos de Charlie. Se sentía tan abochornada que lo único que deseaba era poder volar con el viento...
Sin atreverse a mirar de nuevo al oficial, bajó la cabeza y se precipitó hacia el auto para entrar, pero tal vez porque estaba demasiado ansiosa, en cuanto levantó la pierna, su rodilla golpeó el volante y al instante sintió un calambre.
Charlie la abrazó y le preguntó:
"¿Estás bien?"
"¡Estoy bien, estoy bien!"