Anthea se dio la vuelta y se tumbó en su regazo.
Adam continuó secándole el cabello con el secador de pelo pacientemente.
En este momento, ambos sintieron paz y consuelo.
Anthea estaba muy cómoda, mientras los dedos más largos de Adam seguían acariciando su cabello y cerraba los ojos satisfactoriamente.
Con el zumbido del secador de pelo, sonó su voz. "Solo me preocupa que cuando seamos viejos y no estemos en muy buena forma, solo podamos respondernos el uno al otro, y no haya niños que nos acompañen".
"No te preocupes", dijo Adán. "Wilson planea tener un hijo más. Podemos tomar ese".
Aunque Anthea aún no había conocido formalmente a la familia de Adam, sabía que además de Simon, Adam también tenía un hermano menor llamado Wilson, que era el presidente de un grupo.
Ella no supo si reír o llorar ante sus palabras. "Oye, ¿cuándo te convertiste en un bandido?"
Adam apagó el secador de pelo, abrió el cajón y sacó un documento.
Anthea preguntó con curiosidad: "¿Qué es esto?"