"¡Bueno! Creo que papá amará a mamá tanto como lo hago yo". En cuanto el pequeño terminó de hablar, besó a Augustine en la mejilla. Este último lo abrazó y no pudo evitar besarlo varias veces también. ¡Ese niño era su hijo y se sentía orgulloso y feliz de tenerlo!
Cuando Vivianna terminó de ducharse, se puso la pijama de color rojo vino. La ropa se ajustaba a su cuerpo tan bien que se sentía como si la hubieran hecho específicamente para ella. Sin embargo, el conjunto era demasiado revelador.
La mujer trató de cubrirse con las manos, pero el cuello en forma de V no hizo más que mostrar sus pechos.
"¡Oh Dios mío!". Al ver lo que había ocurrido, Vivianna se sintió muy incómoda y tuvo ganas de no volver a usar esa pijama.
El problema era que si se retractaba de sus palabras, él definitivamente se burlaría, y ella no quería parecer una cobarde frente a ese hombre. Se encontraba en un dilema, pero al final decidió enfrentar la situación y salió.