El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo.
Dejó su país de origen en desgracia.
Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años.
Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!"
Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar.
Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".

Extraño, cásate con mi mamá

Vivianna lo miró titubeante y respondió: "Yo... No traje más ropa, así que no me voy a bañar".


"Mami, tienes que bañarte. ¡Eso es antihigiénico!", comenzó a sermonearla al instante el pequeño Zeph.


"Yo te doy algo que ponerte", respondió Augustine con una sonrisa maliciosa en los labios y de inmediato se levantó y salió de la habitación, ya que si había ropa para niños, era evidente que también tenía para damas.


Viviana frunció el ceño, preguntándose de dónde habría salido esa ropa.


Al rato, Augustine regresó con tres modelos de pijamas y todos tenían en común que eran prendas muy reveladoras. Acto seguido, él lanzó los tres conjuntos sobre la cama y le dijo: "Puedes escoger el que más te guste".


Vivianna se sonrojó al ver lo sexy que eran los pijamas y le respondió entre dientes: "No voy a ponerme ninguno de esos atuendos".


"Pues, no permitiré que duermas en mi cama sin bañarte".


"Si no fuese por mi hijo, ¿crees que me interesaría dormir en tu cama?"


Chapter 37 ¡Siento que él me desestabliza!