Vivianna dejó la toalla en el baño y salió. En el fondo, aún estaba molesta y se preguntaba por qué había ido a ese lugar. Quizá nada habría pasado, si no hubiese aceptado esa invitación.
El comedor de la planta baja era espectacular y estaba lujosamente decorado. La persona se sentía como un invitado muy distinguido que había ido a disfrutar de esos maravillosos manjares.
Zephaniah estaba emocionado porque ¡la casa de papá era enorme y muy hermosa!
Sobre el mantel dorado, estaban colocados ocho platos especiales. Los deliciosos manjares habían sido combinados a la perfección y su agradable aroma despertó el apetito de todos los comensales.
Augustine se sentó a la cabeza de la mesa, con el niño en brazos. Por eso, Vivianna se hizo al asiento de al lado, para estar pendiente del niño durante la cena.
"Zeph, ¿qué quieres comer? Papi te va a dar la comida", le dijo Augustine, sosteniendo al pequeño con una mano, y con la otra lista para darle la camida.