Las palabras de Vivianna impidieron que Lydia siguiera mencionando el pasado. Cuando sirvieron los platos, Zeph empezó a comer de inmediato, pero lo hizo de manera muy educada, demostrando los buenos modales que le enseñó su mamá desde pequeño; por lo tanto, no había necesidad de preocuparse por él.
Sus abuelos lo observaban viendo el reflejo de su hijo cuando era pequeño, pues su nieto se los recordaba, ya que Augustine también fue un niño muy inteligente, quien era adorado por todos en su familia.
Este vio a sus padres contemplar a Zeph boquiabiertos. Estaban tan absortos viendo a su nieto que olvidaron servirse sus alimentos, entonces Augustine lanzó una risita. "Por favor coman, no tienen que preocuparse por él".
Margaret llenó su plato de su comida preferida y dijo: "¡Te reto a una competencia, sobrino! Veamos quién termina primero ¿aceptas?".
"¡Claro! Yo te ganaré", contestó él con los ojos brillando de emoción.