Vivianna deseó que el sueño que su hijo había tenido no fuera sobre ella y Augustine estando juntos.
"¿De qué se trató? Dime".
"Soñé que era un gran inventor e inventaba muchas cosas. ¡Todos me amaban!", explicó Zeph, riéndose.
Vivianna exhaló aliviada y le acarició la cabeza. "Eres muy inteligente. Estoy segura de que serás muy exitoso".
"Mami, cuando crezca ganaré mucho dinero y te lo daré a ti".
En ese momento, una figura esbelta apareció en la puerta: "¡Cuando crezcas podrás hacerte cargo de mi empresa!".
Vivianna se sorprendió porque no creía que Augustine le heredaría la empresa a su hijo.
"Pero todavía soy muy pequeño, papá, ¿cuándo podré crecer?", se quejó el niño, haciendo un puchero y cruzando los brazos.
La mujer sonrió y le dio un beso en la frente. "Si comes bien y haces ejercicio, crecerás muy rápido".