El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo.
Dejó su país de origen en desgracia.
Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años.
Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!"
Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar.
Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".

Extraño, cásate con mi mamá

Augustine le preguntó frunciendo el ceño: "¿Por qué me estás pidiendo eso?"


"¡Consígueme una copia! ¿Te parece? Sólo tómalo como un favor que te estoy pidiendo".


"Dime la razón", le dijo él intrigado.


"Cuando regreses te explico todo", prometió ella porque no quería hablar por teléfono.


"Vivianna escúchame, si en el futuro necesitas algo, debes recurrir a mí primero. Si no puedo ayudarte a resolverlo, entonces puedes acudir a otras personas. ¿Me expliqué?", advirtió él en voz baja y dominante al otro lado de la línea.


Vivianna sintió que le estaba hablando al oído a través del auricular. Era cómo si estuviese percibiendo un calor amenazante.


Durante un rato, ella guardó silencio sin saber qué decir.


"Vivianna, ¿me escuchaste?", preguntó Augustine con un tono muy fuerte.


"Sí", respondió la joven mordiéndose los labios, pues sentía que él era demasiado autoritario.


"Voy terminar este trabajo lo más rápido que pueda. Espera a que yo regrese", dijo él y luego colgó.


Chapter 132 ¡Parecía que los conocía a todos!