El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo.
Dejó su país de origen en desgracia.
Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años.
Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!"
Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar.
Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".

Extraño, cásate con mi mamá

"Habla", demandó; acercándose a ella repentinamente enojado, como si le importase mucho la respuesta.


Vivianna entonces parpadeó. No podía negar que toda esta situación era un poco graciosa. Sin embargo, se vio obligada a tomar dicha decisión; ya que, tal parecía que a aquel hombre le importaba mucho.


"Dime. Si no, bajaré ahora y haré que tu ídolo se vaya", insistió.


"¡No lo hagas!. Te lo diré...", replicó Vivianna asustada. Tras una pausa, y mordiéndose el labio, susurró: "Tú".


Augustine levantó las cejas, y replicó: "Habla más fuerte. ¿Quién te gusta más?".


"¡Tú!", gritó; extremadamente enojada. ¿Por qué a este hombre le encantaba tanto forzar a la gente?.


Así, Augustine le vio admitirlo; aunque aún se sentía un poco incómodo. Si no le hubiese amenazado, ¿lo hubiese dicho tan directamente?


Chapter 172 ¡Tú!