El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo.
Dejó su país de origen en desgracia.
Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años.
Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!"
Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar.
Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".

Extraño, cásate con mi mamá

Eran casi las ocho y media. Vivianna estaba sentada en el sofá, a punto de derrumbarse. Sostenía en la mano su teléfono móvil; se sentía tentada a llamar a Augustine, pero no se decidía a hacerlo. Veía incesantemente en su mente la imagen de Augustine, cargando a su hijo y acompañado de Rainy. Los tres iban de compras, al parque o a dar un paseo.


La imagen de ellos tres juntos, como si fueran una familia, le causaba un profundo dolor a Vivianna.


Al imaginar aquello sentía que su cerebro estaba a punto de explotar. De repente escuchó el sonido característico que producía la puerta al ser desbloqueada mediante el uso de las huellas digitales. Vivianna volvió automáticamente la cabeza y vio al pequeño entrar primero.


"¡Zeph!", exclamó Vivianna al tiempo que saltaba del sofá y corría descalza hasta la puerta a abrazarlo.


"¡Mami, ya llegué!", exclamó el pequeño al tiempo que la abrazaba. "¿Todavía te sientes incómoda?", le preguntó.


Chapter 198 No le agrada Rainy