Temprano en la mañana.
En la residencia de Henry.
Durante varios días Henry ignoró qué suerte había corrido Augustine; no sabía si estaba vivo o muerto. Se sentía nervioso, así que decidió que sería mejor marcharse al extranjero. Aunque codiciaba los derechos y la riqueza de Lambert Enterprise, prefería esto último al pensar en la seguridad de la segunda mitad de su vida.
Había hecho los arreglos necesarios para que su esposa e hijos se refugiaran en el extranjero, uno después del otro, mientras que él permanecía en el país, indagando acerca de los asuntos de Augustine y haciendo un seguimiento de la propiedad. Puesto que él ignoraba cuándo regresaría, no podía permitir que Xenophilius se aprovechara de la propiedad. Por lo tanto, se ocuparía de todo lo que pudiera.