El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo.
Dejó su país de origen en desgracia.
Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años.
Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!"
Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar.
Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".

Extraño, cásate con mi mamá

Respiró profundamente, esforzándose por recuperar la compostura, y se sentó. La ira era claramente visible en su rostro.


El presidente Giltstone le lanzó una mirada y dijo: "Señorita Vivianna, me complace mucho que haya dado a luz a Zeph, pero el pequeño lleva la sangre de nuestra familia Giltstone. Eso es algo innegable". 


"Sin embargo, eso no significa que Zeph tenga que vivir con la familia Giltstone. Yo puedo cuidar de él y estar a su lado mientras crece", declaró Vivianna, quien no se mostraba dispuesta a ceder. Si se mantenía firme, la familia Giltstone se daría cuenta de que no era una mujer que pudiese ser intimidada fácilmente. 


El presidente Giltstone se puso serio y repuso: "Zeph debe vivir con la familia Giltstone porque usted no puede brindarle la crianza que un chico como él necesita". 


"Le prometo que trabajaré arduamente para ganar mucho dinero y brindarle la educación y cuidados que se merece", se defendió.


Chapter 254 Un despiadado ladrón