Fletcher le acarició la boquita durante un rato antes de soltarla. Él sonrió y le acarició la cabecita. "¡De acuerdo, vamos!"
En la sede del cuartel general, Fletcher y Margaret dejaron las cosas en claro. Ellos no esperaban que Regina actuara de esa manera, así que él guardó silencio por un momento.
Regina era una destacada funcionaria diplomática que ejercía una sobresaliente labor como intérprete del Ministerio de Relaciones Exteriores. En esta ocasión había cometido un error por motivos personales, lo cual era comprensible. Un directivo de la sede central dijo: "Margaret, estoy dispuesto a pedirle disculpas en tu nombre al presidente y a admitir ante él que ella cometió un error. ¿Podrías perdonarla y no dejar que esto trascienda?"