Afortunadamente, el talento lingüístico de Margaret era excelente y su relación con las personas que conformaban el Ministerio de Relaciones Exteriores también; por lo que, los otros dos idiomas fueron ayudados por estos. Así pues, antes de ponerse con sus otros deberes, los pendientes ya estaban en el escritorio de Regina; quien no supo cómo reaccionar, cambiando el rostro ligeramente.
"Srta. Regina, los expedientes han sido traducidos. ¿Hay algo más que pueda hacer por usted?", quiso saber.
"Margaret, ¿los tradujiste tú misma?", interpeló.
"Ministra, ¿de verdad? Usted es la única aquí que maneja ocho idiomas. Yo, como asistente, apenas y logro seis; lo cual ya es bastante bueno", expuso Margaret.
Regina se mofó, y dijo: "¿Crees que eres lo suficientemente buena? Aún tienes mucho que aprender. Vendrás conmigo a la reunión de hoy".