Así pues, Vivianna hizo un gesto con la mano hacia el pequeño y dijo: "Pásalo bien".
Éste, quien sostenía una pelota en sus manos, materializó una expresión cautelosa en su rostro; lo que le dio un aspecto extremadamente encantador.
Y una vez que Augustine se llevase al pequeño, la fémina de repente no supo qué hacer. Pero, tras sopesarlo por unos instantes, sacó par de limones del refrigerador, y procedió a prepararse una limonada y relajarse en casa.
Encendió pues la televisión, y buscó la película que le encantaba ver en momentos como aquellos: una de amor. Tras contemplarla por unos segundos, hubo una escena de un beso muy intenso, que ocasionó que el corazón de ella se acelerase.
En consecuencia, no le quedó de otra que dejar de mirar. Y es que, ello traía a colación lo que sucedería más tarde.
Efectivamente, esperaba que Augustine pudiese ser amable con ella aquella noche, al menos no demasiado grosero.