El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo.
Dejó su país de origen en desgracia.
Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años.
Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!"
Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar.
Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".

Extraño, cásate con mi mamá

"Estoy bien", respondió el Presidente Giltstone; y girándose para observar a Augustine le preguntó: "¿Han vuelto tus padres?".


"Están de camino. Llegarán mañana por la mañana", contestó el caballero en voz baja.


El Presidente Giltstone asintió. En ese momento, la esposa de Vincent interrogó gentilmente: "Papá, ¿qué te gustaría beber o comer?".


"No puedo comer ni beber. Ustedes salgan primero. Hablaré con Augustine un rato", replicó.


Y además del aludido, los rostros de los allí presentes se tornaron sombríos. Observándose pues durante unos segundos, abandonaron la estancia uno por uno. Por supuesto, que querían quedarse; puesto que, tal vez el Presidente anunciaría algo importante, más no le hicieron.


El mayor suspiró de nuevo y dijo: "Lo sé. Eres lo único que están realmente preocupados por mi salud".


"Abuelo, estarás bien". Y los ojos de Augustine brillaron con determinación.


Chapter 348 Injusticia