En el primer piso de la empresa Lambert...
El auto de Xymeria se detuvo frente a las puertas. Al entrar, su expresión no estaba tan altanera como siempre. Sostenía su bolso e ignoraba por completo a los demás empleados de la empresa. Como madre del presidente, siempre se le acercaban las empleadas cada vez que llegaba a visitar la empresa. La elogiaban y la ponían en un pedestal.
Lo hacían porque querían complacerla y tener la posibilidad de acercarse a su hijo. Después de todo, por la empresa circulaba el rumor de que Xenophilius y su esposa estaban a punto de divorciarse y, cada vez que su madre conversaba con las empleadas, contaba su deseo de tener un nieto.
Si pudiera tener nietos para heredar el legado de la familia Lambert, definitivamente estaría complacida.