Todo eso solo ocurría en su cabeza, pues su cuerpo seguía inmóvil, atrapado en el sueño.
Él y Margaret parecían estar separados en dos dimensiones diferentes, con ella llamándolo constantemente para que regresara a su mundo. Él seguía corriendo y corriendo para estar a su lado.
En la noche...
El pequeño Zeph estaba haciendo su tarea. Había empezado a escribir hoy. Era muy capaz de leer y escribir, pero debía seguir mejorando. De hecho, su profesor le daba 100 puntos por cada tarea entregada, pues, entre todos sus compañeros, era el que más destacaba.
Pero solo tenía cuatro años y medio, así que sus padres nunca le exigían demasiado. Solo querían que fuera él mismo.
Por la noche, Augustine tenía que trabajar duro para hacer una hija. Después de haberlo pensado mucho, Vivianna había decidido que le daría una bebé. A fin de cuentas, la familia Giltstone no tenía muchos herederos, así que era necesario tener más niños.