"Mamá, ¿tu enfermedad tiene cura?", preguntó Vivianna con curiosidad.
"Tu hermano lo está investigando, pero no sé si podrá curarla". Luego de eso, la señora Xi sostuvo la mano de su hija con nerviosismo. "No puedes ser como yo. Debes hacerte chequeos médicos con frecuencia, ¿de acuerdo?"
"¿Yo realmente podría heredar esta enfermedad?"
"Tu abuela tenía lo mismo".
"¿Mi abuela?"
La señora Xi no pudo evitar sonreír. "Es una lástima. Si te hubiera encontrado hace diez años, la habrías conocido. Es la primera dama del país".
Vivianna quedó en shock por unos segundos. Aunque conocía que la identidad de su madre también era muy honorable, todavía le parecía estar en un sueño, como si no pudiera asimilarlo todo.
"Vivianna, tu estatus tampoco es bajo. En el futuro, pídele a tu hermano que te dé el título de princesa como corresponde. Serías la princesa de este país".
La joven quedó sorprendida. "No, mamá. Eso sería muy estresante".