Al escuchar su explicación, Augustine quiso golpear su rostro de nuevo. Sin embargo, pensándolo bien, qué habría pasado si ese hombre no hubiera traído a Vivianna, quien había perdido la memoria, hasta esa isla. Sin dinero, habría estado en mayor peligro. ¿Qué habría pasado si la hubiera encontrado alguien malo o algún borracho?
Vivianna miró fijamente a Henry y no sabía si reír o llorar. Habló con enojo: "¿Me has mentido todo este tiempo?"
"Lo siento", se disculpó él, sin atreverse a mirarla a los ojos. Realmente tenía intenciones de amarla. Su ira y su pregunta lo hicieron sentir más nervioso.
Augustine tomó la mano de Vivianna y la jaló. "Eres mi mujer. Perdiste la memoria y, por ahora, me has olvidado. Pero haré que me recuerdes".
"¿De verdad di a luz recientemente?"
"¿No lo sientes?", la miró el hombre con asombro. Estaba volviéndose loco de la alegría por haberla encontrado.