Al mismo tiempo, en la superficie del mar que podían ver, se produjo un repentino estallido de deslumbrantes fuegos artificiales. Bajo el cielo estrellado, era un espectáculo hermoso y deslumbrante. Era como una fiesta; los fuegos artificiales subían y bajaban continuamente.
Los fuegos artificiales también reflejaban la sonrisa feliz que se dibujaba en el rostro de Vivianna. Ella frunció los labios y, sonriendo con dulzura, tomó la mano del hombre con fuerza y avanzó hasta el frente del escenario. Este era el mejor lugar para disfrutar de los fuegos artificiales. Un rastro de lágrimas apareció en el rabillo de los ojos de Vivianna. Ella se acurrucó suavemente en los brazos de aquel hombre y lo acompañó a disfrutar de aquellos románticos fuegos artificiales.
Margaret, sus padres y los tres pequeños también disfrutaban aquel espectáculo pirotécnico. Zeph se sentía extremadamente feliz al ser testigo de aquel hermoso amor entre sus padres.