Así pues, durante el desayuno, la Señora Xi se percató de cuánto su hijo amaba a aquella niña. Prueba de ello: cómo le alimentaba de vez en cuando debido a su yeso en el brazo. Esto, efectivamente, ocasionó que la joven se ruborizara delante de la mayor.
No obstante, Farid estaba acostumbrado a las informalidades frente a su madre.
Entonces, la mayor contempló a Ángeles una vez más y sintió que le gustaba en demasía. Y es que, su apariencia pertenecía al tipo de persona que poseía un buen marido. Además, de que su nariz era particularmente hermosa; lo que le hizo que se enamorase de ella a primera vista.
Tras el desayuno, quiso llevarse mejor con la nueva integrante. Sin embargo, el caballero solicitó que la dejase descansar. Por lo que, no le quedó de otra que retirarse primero.