Un auto se dirigió con mucha rapidez hacia la entrada del hospital. Hugo esperaba allí ansiosamente. Había llegado desde hace una ahora. En el hospital, los médicos terminaron la operación de Farid y luego le informaron que seguía inconsciente. Ese era su caso.
La voluntad de Farid debía ser respetada y por eso necesitaba ayuda. Por tanto, sería mejor que su familia estuviera a su lado. Hugo no quería llamar a la señora Xi porque seguramente no podría soportar esa noticia. Como era muy mayor para las impresiones fuertes, llamó en cambio a Augustine y Vivianna, quienes llegaron para esperar en el hospital.
Sin embargo, Hugo sabía que había una mujer que era en extremo importante para el presidente. Sabía que lo que más quisiera su jefe de estar despierto sería estar al lado de Ángeles. Y, pese a que él siempre había sospechado de esa chica, ahora no había dudado ni por un segundo en llamarla.