Capítulo 172 Reincorporada

Llegué al estudio justo después de las nueve.

Apenas había dormido anoche, mis labios se sentían hinchados, y seguía sonriendo como una idiota.

La noche anterior parecía haber liberado algo en él.

Esta mañana, justo después de bajar y antes de que tuviera tiempo de decir buenos días, Ashton me empujó contra la pared del pasillo y me besó como si estuviéramos tratando de romper un récord.

Treinta minutos. Los conté.

Para el minuto veintidós, mis rodillas habían desaparecido.

Para el minuto veintiocho, mi visión se oscureció por un segundo.

Casi me desmayé en sus brazos y aun así no se detuvo hasta que lo aparté.

Después del desayuno, intenté escabullirme.

Me atrapó en la puerta, me presionó contra ella y pasó diez minutos más recreando esa sensación placenteramente adormecedora.

Al parecer, el Sr. Iceberg había muerto, reemplazado por alguien que no podía mantener sus manos quietas por más de seis minutos seguidos.

Debería haberme irritado.