"""
En ese momento, al escuchar lo que Lovi acababa de decir, Cora no se inmutó, ni siquiera un poco. De hecho, una leve sonrisa comenzó a dibujarse en la comisura de sus labios. ¿Diez millones de dólares? Eso no era nada comparado con el tipo de desastre que James podría causar si esos archivos alguna vez salieran a la luz. Diez millones no eran solo un pago—era un escudo, una espada y un nuevo comienzo todo en uno.
No dudó, con calma precisión, Cora se levantó de su asiento. Se alisó la chaqueta, dejó escapar un suspiro silencioso y miró directamente a Lovi.
—Bueno —dijo, con un tono firme pero sereno—, eso no es un problema.
Su voz era tan afilada que cortaba el aire como una navaja.