Al día siguiente, en el hospital,
Aveline había hecho todo lo posible para mantener a Scarlett alejada de las noticias, pero los rumores sobre Damien y Vivienne la habían puesto nerviosa. La desaparición de Vivienne la había hecho perder el control. Nate no tuvo más remedio que decirle que Aveline estaba en el hospital.
Carlos, que se había quedado toda la noche con Aveline, salió de la habitación para buscar algo delicioso para su hermana y su mejor amiga.
En cuanto cerró la puerta, Scarlett irrumpió en la habitación, con los brazos cruzados y fuego ardiendo en sus ojos.
—Tengo ganas de estrangularte. Linnie, se suponía que debías mantenerme informada. Casi me da un infarto al enterarme de que estabas hospitalizada.
Tomó un largo respiro, luego miró a Aveline con sospecha.
—Dime que todo esto es una actuación —porque Aveline estaba sentada con tranquilidad.