Capitulo 5: Bestias y Leyendas

— Esto es molesto...

Yareth esta caminando nuevamente por el sendero de tierra camino al pueblo, todo parecia tan normal. El chillido de las aves y el crujir de los arboles por el viento era un sonido monotono comun en todo el bosque, como todos los dias.

Aun asi para Yareth esto era algo molesto, no porque le disgustara el sonido, si no porque ahora habia alguien que perturbaba esa calma que a el le agradaba.

— ¿Ya casi llegamos? — una voz femenina le repetia sin parar detras suyo

Hoshiko, ahora con su nueva vestimenta que la hacia ver menos salvaje, caminaba detras suyo dando pequeños saltitos mientras avanzaba y tarareaba una especie de melodia .

— Cuando dije que al comprar tu ropa me podrías seguir — se detuvo mirandola con el seño fruncido— no me referia a que te pegaras a mi como una pulga.

Desde la mañana no habia podido quitarsela de encima, esta parecia seguirlo a todas partes ni siquiera permitiendole ir al baño solo.

— Pero tu dijiste que podria seguirte!—exclamo inflando las mejillas— debes cumplir tu palabra!

Yareth alzo la cabeza suspirando exasperado como si dijera "que hice para merecer esto".

— ¿Cómo sigue tu flujo?— dijo volteando a verla

Hoshiko se detuvo en seco y se encogió de hombros rascándose la mejilla

— Este...

Yareth bufo y continuo su caminata antes de querer cometer un crimen. Hoshiko volvio a seguirlo dando saltitos a veces adelantandolo, a veces quedandose atras de el.

— Oye Yareth se me olvido preguntarte—interrumpio Hoshiko adelantandose para verlo mientras caminaba de espaldas— para que sirven esas cosas brillantes que me diste ayer?

— Son Circulum, cuidado con el arbol

— ¿Circu q...? ¡Ay!

fue lo ultimo que dijo antes de golpearse la espalda y cabeza contra un arbol retrocediendo y sobandose la cabeza Yareth solo rodeo el arbol.

— ¡Por qué ponen un arbol en medio de este camino!— grito pateando el arbol.

— Es un arbol mimetico, no deberias...—volteo al escuchar un grito—...golpearlo...

Una rama se habia enrollado en Hoshiko y la estaba sacudiendo por todos lados.

—¡Ayudaaaaaa!

Yareth se sujetó el puente de la nariz y se acerco al arbol mientras Hoshiko era sacudida como un costal, su mano se poso en el tronco emitiendo un brillo. Un segundo despues el arbol solto a Hoshiko dejandola caer de cara al suelo mientras sus ramas se contraian.

— ¡Que era esa cosa! — intento levantarse pero al estar mareada termino volviéndose a caer de cara.

—Un arbol mimetico, no son agresivos a menos que los molestes mucho. Probablemente se vaya mañana.

— ¿Como? ¿puede volar? usa magia como tu?— pregunto mientras imaginaba a un arbol flotar por el bosque

— No— Suspiro— se mete en la tierra de nuevo y busca otro lugar con luz solar o agua.

— Y como lo calmaste?—Volvio a adelantarse para quedar a un lado de el, pero esta vez sin caminar al revez.

— Sincronice mi flujo con el suyo para regularlo

— ¡Ohhhhh! y como tu siempre estas calmado se calmo tambien, entiendo.

— Asi no es como funciona...— Suspiro frustrado

— Oye, pero habías mencionado muchos tipos de Cui, cual usaste?

— Es Qi, y use Colectivo

Hoshiko se quedo mirandolo esperando a que continuara.

— Lo sabrias si no te hubieras dormido en mi explicacion tarada.

Hoshiko inflo las mejillas y se cruzo de brazos volteando la mirada, indignada.

— No es mi culpa que digas tantas cosas que no entiendo, desde mi perspectiva tu eres un rarito

Yareth se detuvo un momento analizando lo que le dijo, luego miro de pies a cabeza dudando de lo que acababa de decir.

Continuo avanzando masajeando lentamente su cien intentando ayar las palabras correctas.

— El Wu QI...concentra el flujo de qi en partes del cuerpo... —hablo con pausas para que entendiera parte por parte— Emisor, Mental, Colectivo, Potenciador y Medico.

Hoshiko puso su mano en el menton analizando lo que dijo.

— Me habías mencionado un flujo ¿no es lo mismo?

— No— Yareth se detuvo y saco su cantimplora de su gabardina— Mira

Hoshiko se acerco mirando la cantimplora con agua dentro.

—El flujo es como el agua, lo que te dije que aprendieras es mover esa agua, asi.

Dijo comenzando a girar la cantimplora haciendo girar el agua en su interior.

—¿Osea que tengo que dar vueltas?

— No— tapo su cantimplora y la guardo en su gabardina nuevamente— tienes que hacer que tu Qi fluya.

—¡Oh! ¡creo que entiendo!

Hoshiko sonrió y camino alegremente.

Yareth la observo.

—...No entendiste nada ¿verdad?

— Nadita— Se encogió de hombros

Yareth comenzó a rascarse la cabeza en silencio...demasiado fuerte.

— Eres un caso perdido — refunfuño

— Y tu eres un rari—

— Si terminas esa palabra voy a hacerte comer tierra.

Hoshiko se cubrió la boca y se alejo unos pasos de Yareth, Yareth solo volvió a resoplar.

— Lo que te estoy diciendo es que aprendas a hacer fluir ese Qi dentro de ti — Extendió cinco dedos— Al hacerlo podrás canalizar ese flujo en uno de los 5 tipos

— Ohhhh creo que ahora sí creo entender...creo —dudo— ¿Y que hacen?

— Emisor permite emitir ondas de Qi desde tu cuerpo que puedes usar para disparar ráfagas de energía o reforzar...

Detuvo su explicación

Vio a Hoshiko

Ella había quedado en blanco mirándolo fijamente

— ¿Eh?

Yareth suspiro

— Emisor disparas Qi, Potenciador te vuelves más fuerte, Mental controlas tus sentidos, Medico te curas, y Colectivo te conectas al entorno ¿Se entendió o no?

— Creo que sí...

Hoshiko se detuvo en seco y su expresión se torno confusa. Empezó a temblar ligeramente y a mover su cabeza a todas direcciones

Yareth noto esto y se tenso.

— Que te pico ahora.

Hoshiko continuo mirando a todas direcciones.

— H-huele...a sangre.

Sin dar aviso Hoshiko se echó a correr de golpe adentrándose al bosque.

— ¿Eh? Idiota, ¡espera!

Yareth estuvo a punto de seguirla pero se detuvo.

¿Por qué debería seguirla? ¿Que gana con eso? Yareth se quedó quieto, apretó los dientes y los puños.

— Idiota...

 

Hoshiko dejo de correr por los suelos y comenzó a saltar entre los arboles. Ni ella sabía porque echó a correr, solo seguia la dirección de la sangre por instinto. Hasta que pudo escuchar un pequeño grito.

— ¡Ayuda!

La voz era infantil, aceleró el paso.

Ese olor era familiar, su mente se nublo un instante provocando que tropezara y se cayera

Rodo por el suelo lastimando sus antebrazos un poco. Se levantó lentamente algo adolorida pero entera. Volvió a escuchar el grito y el olor a sangre se hizo más fuerte.

Corrió hacia la dirección del olor, pero, su cuerpo entero sufrió un escalofrío. Cómo si le dijera que algo estaba mal.

Pero recordó ese grito...aunque no exactamente ese grito. Su mente le trajo una breve imagen.

Varias cabañas quemadas, gente pidiendo ayuda. Una noche llena de nubes de ceniza que cubrían la luna.

Está imagen provocó que ignorara ese escalofrío y corriera todo lo que podía.

Finalmente saltando un arbusto pudo verlo, un escalofrío le heló la espalda y la dejo congelada, el olor a hierro de la sangre la golpeó y aturdió su nariz.

Delante de ella, había un grupo de cuatro personas..

O bueno...

Lo que quedaba de ellas.

Les faltaban extremidades y parecían tener alguna especie de cuchillas clavadas, uno de ellos tenía la caja torácica abierta dejando sus intestinos desparramados en un enorme charco de sangre. Otro pareció haber sido decapitado y estaba boca abajo.

— ¿Q-que? — Hoshiko balbuceo

Su garganta se encontraba atorada y no podía siquiera tragar saliva, su cuerpo temblaba y comenzó a hiperventilarse

Sin importar lo que pasará nunca se acostumbraría a estas escenas.

Se escuchó un crujido a su derecha.

Antes de poder voltear recibió un fuerte impacto a su costado que la mando a volar unos metros y la estrelló contra un árbol derribandolo levantando tierra.

Hoshiko escupio saliva y sujetó su costado. Estaba ilesa, pero adolorida, se levantó como pudo tambaleándose mientras levantaba la vista. Escuchó algo gritar ayuda, estaba delante de ella pero la tierra no dejaba enfocarla. Solo pudo diferenciar una silueta extraña enorme que arremetió contra ella a gran velocidad, apenas dándole tiempo para saltar a un lado y evitar la silueta.

Al levantarse y retroceder su zapato poso algo húmedo y viscoso. Al bajar la mirada pudo ver cómo piso sin querer la sangre provocándole un intenso deseo de vomitar.

Sin embargo volvió a escuchar el grito,de entre el polvo emergió una figura fácilmente de 2 metros.

Era un ave grande, plumaje azul, cabeza negra y cuello rojo, ademas un casco óseo en la cabeza. Sus ojos amarillos brillaban intensamente manteniendo su mirada fija en Hoshiko.

La ave ladeo la cabeza y abrió el picó

— ¡Ayuda!

De su pico salió ese grito infantil antes de extender las alas y comenzar a patear el suelo preparándose para embestir.

Sus enormes garras cavaron en la tierra dejándola marcada.

Salió disparada a su dirección.

Hoshiko volvió a saltar a un costado evadiendo por poco el ala del ave.

A su paso el ave atropello uno de los cuerpos destrozándolo en el acto salvando carne y sangre y partiendo los huesos.

El ave freno extendiendo sus alas volteando a la dirección de Hoshiko.

Ella intento levantarse pero un dolor agudo le recorrió el brazo, al bajar la mirada noto como varias plumas estaban clavadas en su antebrazo

— ¿Q-que?

Ahí se dió cuenta que no eran cuchillas lo que tenían los cuerpos, eran plumas.

Hoshiko entonces alzó la mirada, se había distraído, y está vez la ave arremetió contra Hoshiko, sin prepararse.

Un solo pensamiento cruzó su mente.

— No...quiero morir...

Su mente en busca de una ayuda reprodujo un pequeño recuerdo.

— Hoshiko, cierra los ojos — una voz femenina mayor, delicada y gentil resonó en su mente.

Hoshiko cerró los ojos con fuerza.

El ave abrió las alas y las agito. El viento se comprimió. Las plumas volaron.

Hoshiko no se movió. No podía. Su cuerpo temblaba y el dolor ardía en su brazo.

Entonces algo silbó en el aire.

Una línea delgada cortó el cielo. Después otra.

El ave se detuvo.

Su cuello estaba parcialmente girado, como si intentara entender qué lo había golpeado.

Sus alas se agitaron y dispararon más plumas.

Otra vez el viento silbo.

Una línea roja apareció desde su pecho hasta su lomo. Luego... otra.

Y sin sonido alguno, las alas cayeron al suelo como hojas amputadas.

La bestia abrió el pico... pero no hubo grito.

Solo un shhhhhk sordo... antes de que su cuerpo se partiera en dos.

Hoshiko alzó la vista, jadeando.

Allí, de pie entre el polvo, estaba él.

La gabardina roja oscura ondeando, y las hoces aún vibrando con energía azul turquesa.

— Eres una idiota —murmuró Yareth, sin siquiera mirarla aún— ¿por qué no corriste...?

Apretaba con fuerza sus hoces, su voz se escuchaba como si hablara entre dientes.

Hoshiko seguía lagrimeando. Quiso hablar, pero solo pudo emitir quijidos

Yareth volteo a verla.

Tenía el seño fruncido, sus ojos la atravesaban como cuchillas y apretaba los dientes con fuerza.

— ¡¿Acaso solo planeabas morir y ya?!

Se acercó a ella, sus hoces dejaron de brillar poco a poco. Ella retrocedió un poco instintivamente por la forma tan violenta en la que se acercó.

— Idiota... si tanto quieres morir ¿¡Entonces por qué no termino el trabajo ahora mismo!?

Grito apuntando con una de sus hoces. Hoshiko podía notar como sus hombros se alzaban y bajaban rápidamente señal que respiraba agitado.

— Y-yo...s-solo queria...ayudar...

Pudo articular, sin embargo está respuesta solo tenso más a Yareth.

— ¿A si? ¿Planeabas ayudar suicidandote como una imbécil?

Hoshiko bajo la cabeza, había comenzado a sollozar.

— ¿Que me pasa? — Pensó Yareth

Esto no era propio de el, estaba molesto, muy molesto. No entendía por qué.

Apretó los dientes, quería callarse...pero algo dentro de el le hacia arder la cabeza.

— No sabes usar Qi, no sabes pelear, eres un maldito estorbo y aún así, ¿te lanzas a ayudar como si pudieras hacer la diferencia?

— Y-yo solo...quería ser...una héroe...— gimió, las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas—

— ¿Un héroe? — repitió Yareth— ¡¿Un Héroe?!

Antes de que pudiera seguir, un dolor agudo logró despejar su mente, miro su pierna. Algunas plumas se habían clavado en el comenzando a sangrar. Hoshiko miró su pierna y abrió los ojos

— ¡Y-Yareth! ¡T-tu pierna!

— Tsk...Cállate —se agachó arrancando las plumas y tirandolas

El dolor había logrado calmarlo un poco, guardo sus hoces y luego miro la escena. Miro los cuerpos de las personas muertas y luego el ave.

— Si vuelves a lanzarte así...—Yareth suspiro— no cumplire nuestro trato, y me iré.

Hoshiko lo miro aún con lágrimas y asintió.

Yareth suspiro, su cabeza seguía ardiendo, en eso se fijo en el ave, abrió los ojos como si hubiera olvidado algo.

Pisadas rápidas se oyeron, volteo rápidamente a su dirección pero ya era muy tarde, un ave idéntica pero sin cresta estaba prácticamente sobre el y lo embistió con fuerza mandandolo a volar.

— ¡Yareth! — Hoshiko grito

Yareth logró equilibrarse y detener su avance sacando sus hoces de la espalda para clavarlas al suelo usandolas como freno.

— Maldita sea — Murmuro— me distraje

Se intentó preparar pero un dolor agudo llego desde su costado. Yareth observo su cuerpo y se palpo rápidamente sin perder de vista al ave.

El ave movía la cabeza ladeandola, emitió un grito pero este no era como el del ave imitadora si no como un chillido de ave normal.

— Costilla...—penso, movió su pierna herida un poco— pierna...

— ¡Yareth!

— Cállate y no estorbes...— miro al ave, chasqueo la lengua— Kasuaroo..

Respiro hondo concentrándose, fruncía los labios molesto

— Idiota...— murmuro reprendiendose a si mismo.— como pude olvidar al otro ...

Vapor comenzó a salir de su pie provocando que el Kasuaroo se alertara y arremetiera contra el ignorando a Hoshiko.

Hoshiko miró a Yareth, quería ayudar, quería levantarse, pero tenía miedo.

Yareth al ver al Kasuaroo embestirlo levantó su pierna herida un poco dando pequeños saltos a una pierna, cuando se acercó lo suficiente dió un salto largo con su pierna no lastimada hacia la izquierda, el Kasuaroo paso de largo rozando casi a Yareth.

Hoshiko entonces recordó algo y grito.

— ¡Yareth! ¡Sus plumas...!

Yareth continuo dando pequeños saltos, su mirada se mantenía fija en el ave.

El Kasuaroo chillo con fuerza bajando su cabeza casi a la altura del suelo extendiendo sus alas

— Aquí viene...

Miro a su alrededor rápidamente encontrando uno de los cuerpos que habían sido asesinados.

— Esto servirá...

Sujetó con fuerza rápidamente el cuerpo y lo puso delante de el.

El ave bateo sus alas disparando docenas de plumas a gran velocidad que empalaron el cadáver. Yareth retrocedió un poco.

— Lo siento — Murmuro

Dejó caer el cuerpo, su pierna no lastimada brillo un momento y se propulso con fuerza agrietando el suelo, el ave intento dar un salto sin embargo la pose que adoptó le quitó velocidad.

Un corte rápido con su hoz en el cuello acabo todo.

El cuerpo del ave se retorció y cayo al suelo, Yareth se arrodilló al caer para amortiguar el impacto, llevando su mano a su costado mirando fijamente al Kasuaroo.

Al ver cómo dejo de retorcerse suspiro levantándose. Miro su pierna, golpeó su punta con el suelo y luego piso.

Su mano en el costado comenzó a brillar y camino directamente hacia Hoshiko .

Ella lo mira.

El también

— ¿Te vas a levantar o seguirás quieta ahí?

Hoshiko se levanta, mira su pierna y luego sujeta su costado.

— Lo siento...

— Cállate, estoy bien, vámonos. — dijo dándose la vuelta deteniéndose en seco mirando los cuerpos

Hoshiko noto esto y luego miro a los cuerpos también, con tristeza

— Quizas si me hubiera apurado...

— No

Hoshiko lo miro

— No habrías hecho nada.

Hoshiko agachó la cabeza

Yareth la miro

—...pero puedes hacer algo ahora...

Hoshiko lo miro, Yareth se dirigió a un árbol arrancando una rama especialmente grande, como del tamaño de su brazo entero.

— Tire mi bolso persiguiendote ¿puedes encontrarlo?

Hoshiko asintió y olfateo al aire, abrió los ojos y salio corriendo de la escena con un Yareth que mantenía su mirada fija en ell.

Suspiro. Encontró una piedra grande haciéndola rodar para ver su forma. Coloco su mano sobre esta, y tras un leve brillo la golpeó partiendo la a la mitad dos veces creando una especie de plato.

Las dejo juntas y comenzó a arrastrar los cuerpos para ponerlos en fila.

El silencio solo era interrumpido por ráfagas de aire que hacían crujir al aire.

Pasaron unos minutos. Hoshiko llego

— ¡¡¡Yareth!!! Aquí esta tu bolsa

Yareth simplemente la tomo sin decir una palabra sacando una cuerda. Ato la rama y el disco para hacer una especie de pala improvisada que empezó a brillar

Hoshiko abrió los ojos, estaba por preguntar pero...se quedó callada y miro a otro lado

— Uso Qi Emisor para reforzar la pala y que no se rompa — Yareth hablo sin voltear

Hoshiko lo miro, y sonrió

— ¿En que te ayudo? —se acercó

— haz algo util y vigila los alrededores...estoy demasiado agotado

Hoshiko asintió y retrocedió olisqueando el aire y mirando a todas direcciones. Yareth solo suspiro y comenzó a cavar.

 

El sol comenzaba a ponerse, Yareth detuvo su avance y miro al horizonte. El ambiente estaba callado, muy callado. Miro de reojo a Hoshiko, quien antes se la pasaba corriendo de un lado a otro balbuceando, ahora solo lo seguía en silencio mirando al suelo.

Yareth suspiro, no sabía si le gustaba más este silencio.

— Se nos hizo tarde...deberíamos buscar un lugar para acampar

Hoshiko alzó la vista y miro sus alrededores

— ¿A-al aire?¿Y-y si aparecen esos pájaros de nuevo? — empezó a temblar ligeramente.

— Has vivido toda tu vida en este bosque por más de cuatro años en ese bosque ¿y te preocupan unas aves? — volteo a verla con una expresión de fastidio y confusión

Hoshiko desvio la mirada

— Es que...te lastimaron por mi culpa.

Yareth suspiro

— Eso fue culpa mía, no preste atención, ahora avanza, no tenemos toda la noche — continuo su avance.

Hoshiko continuo avanzando en silencio tras el.

— Yareth...— pregunto titubeando

— Que

— ¿Que fue esa ave de hace horas?

— Fue un Kasuaroo, son unas aves muy territoriales. Siempre viajan en pareja. — contesto de manera monótona

Hubo un pequeño silencio.

— ¿Como sigue tu costado? ¿Y tú pierna?

— Ah, mi pierna ya la sane, no fue tan profunda, pero tardaré un rato en sanar mi costilla.

Hubo silencio.

— Vas a preguntar cómo lo hice ¿verdad? — pregunto fastidiado

Hoshiko asintió frenéticamente a lo que Yareth suspiro con una leve molestia.

— Use Qi Medico.

Hoshiko se me quedó viendo esperando más. Yareth bufo

— Es un tipo de Qi que permite acelerar la sanación del cuerpo...al menos ese es su uso principal

Hoshiko pensó un poco analizando lo que dijo sujetándose la barbilla.

— Habías dicho que había un tal Wiu cui que tenía cinco tipos, medico, Disparador..

— Emisor — Interrumpio Yareth

— Emisor, Potenciador, Mental y Correctivo

— Colectivo — Volvió a interrumpir Yareth.

— Y colectivo, ¿cuántos puedes usar tu?

— ¿Yo?...— titubio por primera vez deteniéndose un momento, luego volvió a caminar— puedo...controlar cinco...o algo así...

Al escuchar eso a Hoshiko se le iluminaron los ojos de sorpresa

— ¿¡Controlas los Cinco!? —grito emocionada— ¡Es increíble! ¡Debes ser muy podero...!

— No — Yareth se detuvo bruscamente volteando averla fijamente— Te equivocas

Hoshiko se detuvo mirándolo fijamente también, su mirada no mostraba fastidio, si no, decepción.

Yareth se dió la vuelta y continuo caminando

— Yo cometí un error, no lo cometas tu también.

Hoshiko quedó en silencio completo mirando a Yareth

— ¿Por qué...luces...tan triste?

Yareth se detuvo en seco y volteo a verla con algo de sorpresa.

Hoshiko se sobresalto y se rasco la mejilla

— Digo...este...yo...

Yareth suspiro y se sujetó el costado, estaba comenzando a punzarle de nuevo.

Soltó un pequeño quejido que alertó a Hoshiko haciendo que acelere el paso para quedar a su lado.

— ¿Estás b...?

— Por última vez...si — dijo exasperado— estoy bien.

Yareth suspiro y miro sus alrededores para ubicarse

— No falta— Esto es molesto...

Yareth esta caminando nuevamente por el sendero de tierra camino al pueblo, todo parecia tan normal. El chillido de las aves y el crujir de los arboles por el viento era un sonido monotono comun en todo el bosque, como todos los dias.

Aun asi para Yareth esto era algo molesto, no porque le disgustara el sonido, si no porque ahora habia alguien que perturbaba esa calma que a el le agradaba.

— ¿Ya casi llegamos? — una voz femenina le repetia sin parar detras suyo

Hoshiko, ahora con su nueva vestimenta que la hacia ver menos salvaje, caminaba detras suyo dando pequeños saltitos mientras avanzaba y tarareaba una especie de melodia .

— Cuando dije que al comprar tu ropa me podrías seguir — se detuvo mirandola con el seño fruncido— no me referia a que te pegaras a mi como una pulga.

Desde la mañana no habia podido quitarsela de encima, esta parecia seguirlo a todas partes ni siquiera permitiendole ir al baño solo.

— Pero tu dijiste que podria seguirte!—exclamo inflando las mejillas— debes cumplir tu palabra!

Yareth alzo la cabeza suspirando exasperado como si dijera "que hice para merecer esto".

— ¿Cómo sigue tu flujo?— dijo volteando a verla

Hoshiko se detuvo en seco y se encogió de hombros rascándose la mejilla

— Este...

Yareth bufo y continuo su caminata antes de querer cometer un crimen. Hoshiko volvio a seguirlo dando saltitos a veces adelantandolo, a veces quedandose atras de el.

— Oye Yareth se me olvido preguntarte—interrumpio Hoshiko adelantandose para verlo mientras caminaba de espaldas— para que sirven esas cosas brillantes que me diste ayer?

— Son Circulum, cuidado con el arbol

— ¿Circu q...? ¡Ay!

fue lo ultimo que dijo antes de golpearse la espalda y cabeza contra un arbol retrocediendo y sobandose la cabeza Yareth solo rodeo el arbol.

— ¡Por qué ponen un arbol en medio de este camino!— grito pateando el arbol.

— Es un arbol mimetico, no deberias...—volteo al escuchar un grito—...golpearlo...

Una rama se habia enrollado en Hoshiko y la estaba sacudiendo por todos lados.

—¡Ayudaaaaaa!

Yareth se sujetó el puente de la nariz y se acerco al arbol mientras Hoshiko era sacudida como un costal, su mano se poso en el tronco emitiendo un brillo. Un segundo despues el arbol solto a Hoshiko dejandola caer de cara al suelo mientras sus ramas se contraian.

— ¡Que era esa cosa! — intento levantarse pero al estar mareada termino volviéndose a caer de cara.

—Un arbol mimetico, no son agresivos a menos que los molestes mucho. Probablemente se vaya mañana.

— ¿Como? ¿puede volar? usa magia como tu?— pregunto mientras imaginaba a un arbol flotar por el bosque

— No— Suspiro— se mete en la tierra de nuevo y busca otro lugar con luz solar o agua.

— Y como lo calmaste?—Volvio a adelantarse para quedar a un lado de el, pero esta vez sin caminar al revez.

— Sincronice mi flujo con el suyo para regularlo

— ¡Ohhhhh! y como tu siempre estas calmado se calmo tambien, entiendo.

— Asi no es como funciona...— Suspiro frustrado

— Oye, pero habías mencionado muchos tipos de Cui, cual usaste?

— Es Qi, y use Colectivo

Hoshiko se quedo mirandolo esperando a que continuara.

— Lo sabrias si no te hubieras dormido en mi explicacion tarada.

Hoshiko inflo las mejillas y se cruzo de brazos volteando la mirada, indignada.

— No es mi culpa que digas tantas cosas que no entiendo, desde mi perspectiva tu eres un rarito

Yareth se detuvo un momento analizando lo que le dijo, luego miro de pies a cabeza dudando de lo que acababa de decir.

Continuo avanzando masajeando lentamente su cien intentando ayar las palabras correctas.

— El Wu QI...concentra el flujo de qi en partes del cuerpo... —hablo con pausas para que entendiera parte por parte— Emisor, Mental, Colectivo, Potenciador y Medico.

Hoshiko puso su mano en el menton analizando lo que dijo.

— Me habías mencionado un flujo ¿no es lo mismo?

— No— Yareth se detuvo y saco su cantimplora de su gabardina— Mira

Hoshiko se acerco mirando la cantimplora con agua dentro.

—El flujo es como el agua, lo que te dije que aprendieras es mover esa agua, asi.

Dijo comenzando a girar la cantimplora haciendo girar el agua en su interior.

—¿Osea que tengo que dar vueltas?

— No— tapo su cantimplora y la guardo en su gabardina nuevamente— tienes que hacer que tu Qi fluya.

—¡Oh! ¡creo que entiendo!

Hoshiko sonrió y camino alegremente.

Yareth la observo.

—...No entendiste nada ¿verdad?

— Nadita— Se encogió de hombros

Yareth comenzó a rascarse la cabeza en silencio...demasiado fuerte.

— Eres un caso perdido — refunfuño

— Y tu eres un rari—

— Si terminas esa palabra voy a hacerte comer tierra.

Hoshiko se cubrió la boca y se alejo unos pasos de Yareth, Yareth solo volvió a resoplar.

— Lo que te estoy diciendo es que aprendas a hacer fluir ese Qi dentro de ti — Extendió cinco dedos— Al hacerlo podrás canalizar ese flujo en uno de los 5 tipos

— Ohhhh creo que ahora sí creo entender...creo —dudo— ¿Y que hacen?

— Emisor permite emitir ondas de Qi desde tu cuerpo que puedes usar para disparar ráfagas de energía o reforzar...

Detuvo su explicación

Vio a Hoshiko

Ella había quedado en blanco mirándolo fijamente

— ¿Eh?

Yareth suspiro

— Emisor disparas Qi, Potenciador te vuelves más fuerte, Mental controlas tus sentidos, Medico te curas, y Colectivo te conectas al entorno ¿Se entendió o no?

— Creo que sí...

Hoshiko se detuvo en seco y su expresión se torno confusa. Empezó a temblar ligeramente y a mover su cabeza a todas direcciones

Yareth noto esto y se tenso.

— Que te pico ahora.

Hoshiko continuo mirando a todas direcciones.

— H-huele...a sangre.

Sin dar aviso Hoshiko se echó a correr de golpe adentrándose al bosque.

— ¿Eh? Idiota, ¡espera!

Yareth estuvo a punto de seguirla pero se detuvo.

¿Por qué debería seguirla? ¿Que gana con eso? Yareth se quedó quieto, apretó los dientes y los puños.

— Idiota...

 

Hoshiko dejo de correr por los suelos y comenzó a saltar entre los arboles. Ni ella sabía porque echó a correr, solo seguia la dirección de la sangre por instinto. Hasta que pudo escuchar un pequeño grito.

— ¡Ayuda!

La voz era infantil, aceleró el paso.

Ese olor era familiar, su mente se nublo un instante provocando que tropezara y se cayera

Rodo por el suelo lastimando sus antebrazos un poco. Se levantó lentamente algo adolorida pero entera. Volvió a escuchar el grito y el olor a sangre se hizo más fuerte.

Corrió hacia la dirección del olor, pero, su cuerpo entero sufrió un escalofrío. Cómo si le dijera que algo estaba mal.

Pero recordó ese grito...aunque no exactamente ese grito. Su mente le trajo una breve imagen.

Varias cabañas quemadas, gente pidiendo ayuda. Una noche llena de nubes de ceniza que cubrían la luna.

Está imagen provocó que ignorara ese escalofrío y corriera todo lo que podía.

Finalmente saltando un arbusto pudo verlo, un escalofrío le heló la espalda y la dejo congelada, el olor a hierro de la sangre la golpeó y aturdió su nariz.

Delante de ella, había un grupo de cuatro personas..

O bueno...

Lo que quedaba de ellas.

Les faltaban extremidades y parecían tener alguna especie de cuchillas clavadas, uno de ellos tenía la caja torácica abierta dejando sus intestinos desparramados en un enorme charco de sangre. Otro pareció haber sido decapitado y estaba boca abajo.

— ¿Q-que? — Hoshiko balbuceo

Su garganta se encontraba atorada y no podía siquiera tragar saliva, su cuerpo temblaba y comenzó a hiperventilarse

Sin importar lo que pasará nunca se acostumbraría a estas escenas.

Se escuchó un crujido a su derecha.

Antes de poder voltear recibió un fuerte impacto a su costado que la mando a volar unos metros y la estrelló contra un árbol derribandolo levantando tierra.

Hoshiko escupio saliva y sujetó su costado. Estaba ilesa, pero adolorida, se levantó como pudo tambaleándose mientras levantaba la vista. Escuchó algo gritar ayuda, estaba delante de ella pero la tierra no dejaba enfocarla. Solo pudo diferenciar una silueta extraña enorme que arremetió contra ella a gran velocidad, apenas dándole tiempo para saltar a un lado y evitar la silueta.

Al levantarse y retroceder su zapato poso algo húmedo y viscoso. Al bajar la mirada pudo ver cómo piso sin querer la sangre provocándole un intenso deseo de vomitar.

Sin embargo volvió a escuchar el grito,de entre el polvo emergió una figura fácilmente de 2 metros.

Era un ave grande, plumaje azul, cabeza negra y cuello rojo, ademas un casco óseo en la cabeza. Sus ojos amarillos brillaban intensamente manteniendo su mirada fija en Hoshiko.

La ave ladeo la cabeza y abrió el picó

— ¡Ayuda!

De su pico salió ese grito infantil antes de extender las alas y comenzar a patear el suelo preparándose para embestir.

Sus enormes garras cavaron en la tierra dejándola marcada.

Salió disparada a su dirección.

Hoshiko volvió a saltar a un costado evadiendo por poco el ala del ave.

A su paso el ave atropello uno de los cuerpos destrozándolo en el acto salvando carne y sangre y partiendo los huesos.

El ave freno extendiendo sus alas volteando a la dirección de Hoshiko.

Ella intento levantarse pero un dolor agudo le recorrió el brazo, al bajar la mirada noto como varias plumas estaban clavadas en su antebrazo

— ¿Q-que?

Ahí se dió cuenta que no eran cuchillas lo que tenían los cuerpos, eran plumas.

Hoshiko entonces alzó la mirada, se había distraído, y está vez la ave arremetió contra Hoshiko, sin prepararse.

Un solo pensamiento cruzó su mente.

— No...quiero morir...

Su mente en busca de una ayuda reprodujo un pequeño recuerdo.

— Hoshiko, cierra los ojos — una voz femenina mayor, delicada y gentil resonó en su mente.

Hoshiko cerró los ojos con fuerza.

El ave abrió las alas y las agito. El viento se comprimió. Las plumas volaron.

Hoshiko no se movió. No podía. Su cuerpo temblaba y el dolor ardía en su brazo.

Entonces algo silbó en el aire.

Una línea delgada cortó el cielo. Después otra.

El ave se detuvo.

Su cuello estaba parcialmente girado, como si intentara entender qué lo había golpeado.

Sus alas se agitaron y dispararon más plumas.

Otra vez el viento silbo.

Una línea roja apareció desde su pecho hasta su lomo. Luego... otra.

Y sin sonido alguno, las alas cayeron al suelo como hojas amputadas.

La bestia abrió el pico... pero no hubo grito.

Solo un shhhhhk sordo... antes de que su cuerpo se partiera en dos.

Hoshiko alzó la vista, jadeando.

Allí, de pie entre el polvo, estaba él.

La gabardina roja oscura ondeando, y las hoces aún vibrando con energía azul turquesa.

— Eres una idiota —murmuró Yareth, sin siquiera mirarla aún— ¿por qué no corriste...?

Apretaba con fuerza sus hoces, su voz se escuchaba como si hablara entre dientes.

Hoshiko seguía lagrimeando. Quiso hablar, pero solo pudo emitir quijidos

Yareth volteo a verla.

Tenía el seño fruncido, sus ojos la atravesaban como cuchillas y apretaba los dientes con fuerza.

— ¡¿Acaso solo planeabas morir y ya?!

Se acercó a ella, sus hoces dejaron de brillar poco a poco. Ella retrocedió un poco instintivamente por la forma tan violenta en la que se acercó.

— Idiota... si tanto quieres morir ¿¡Entonces por qué no termino el trabajo ahora mismo!?

Grito apuntando con una de sus hoces. Hoshiko podía notar como sus hombros se alzaban y bajaban rápidamente señal que respiraba agitado.

— Y-yo...s-solo queria...ayudar...

Pudo articular, sin embargo está respuesta solo tenso más a Yareth.

— ¿A si? ¿Planeabas ayudar suicidandote como una imbécil?

Hoshiko bajo la cabeza, había comenzado a sollozar.

— ¿Que me pasa? — Pensó Yareth

Esto no era propio de el, estaba molesto, muy molesto. No entendía por qué.

Apretó los dientes, quería callarse...pero algo dentro de el le hacia arder la cabeza.

— No sabes usar Qi, no sabes pelear, eres un maldito estorbo y aún así, ¿te lanzas a ayudar como si pudieras hacer la diferencia?

— Y-yo solo...quería ser...una héroe...— gimió, las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas—

— ¿Un héroe? — repitió Yareth— ¡¿Un Héroe?!

Antes de que pudiera seguir, un dolor agudo logró despejar su mente, miro su pierna. Algunas plumas se habían clavado en el comenzando a sangrar. Hoshiko miró su pierna y abrió los ojos

— ¡Y-Yareth! ¡T-tu pierna!

— Tsk...Cállate —se agachó arrancando las plumas y tirandolas

El dolor había logrado calmarlo un poco, guardo sus hoces y luego miro la escena. Miro los cuerpos de las personas muertas y luego el ave.

— Si vuelves a lanzarte así...—Yareth suspiro— no cumplire nuestro trato, y me iré.

Hoshiko lo miro aún con lágrimas y asintió.

Yareth suspiro, su cabeza seguía ardiendo, en eso se fijo en el ave, abrió los ojos como si hubiera olvidado algo.

Pisadas rápidas se oyeron, volteo rápidamente a su dirección pero ya era muy tarde, un ave idéntica pero sin cresta estaba prácticamente sobre el y lo embistió con fuerza mandandolo a volar.

— ¡Yareth! — Hoshiko grito

Yareth logró equilibrarse y detener su avance sacando sus hoces de la espalda para clavarlas al suelo usandolas como freno.

— Maldita sea — Murmuro— me distraje

Se intentó preparar pero un dolor agudo llego desde su costado. Yareth observo su cuerpo y se palpo rápidamente sin perder de vista al ave.

El ave movía la cabeza ladeandola, emitió un grito pero este no era como el del ave imitadora si no como un chillido de ave normal.

— Costilla...—penso, movió su pierna herida un poco— pierna...

— ¡Yareth!

— Cállate y no estorbes...— miro al ave, chasqueo la lengua— Kasuaroo..

Respiro hondo concentrándose, fruncía los labios molesto

— Idiota...— murmuro reprendiendose a si mismo.— como pude olvidar al otro ...

Vapor comenzó a salir de su pie provocando que el Kasuaroo se alertara y arremetiera contra el ignorando a Hoshiko.

Hoshiko miró a Yareth, quería ayudar, quería levantarse, pero tenía miedo.

Yareth al ver al Kasuaroo embestirlo levantó su pierna herida un poco dando pequeños saltos a una pierna, cuando se acercó lo suficiente dió un salto largo con su pierna no lastimada hacia la izquierda, el Kasuaroo paso de largo rozando casi a Yareth.

Hoshiko entonces recordó algo y grito.

— ¡Yareth! ¡Sus plumas...!

Yareth continuo dando pequeños saltos, su mirada se mantenía fija en el ave.

El Kasuaroo chillo con fuerza bajando su cabeza casi a la altura del suelo extendiendo sus alas

— Aquí viene...

Miro a su alrededor rápidamente encontrando uno de los cuerpos que habían sido asesinados.

— Esto servirá...

Sujetó con fuerza rápidamente el cuerpo y lo puso delante de el.

El ave bateo sus alas disparando docenas de plumas a gran velocidad que empalaron el cadáver. Yareth retrocedió un poco.

— Lo siento — Murmuro

Dejó caer el cuerpo, su pierna no lastimada brillo un momento y se propulso con fuerza agrietando el suelo, el ave intento dar un salto sin embargo la pose que adoptó le quitó velocidad.

Un corte rápido con su hoz en el cuello acabo todo.

El cuerpo del ave se retorció y cayo al suelo, Yareth se arrodilló al caer para amortiguar el impacto, llevando su mano a su costado mirando fijamente al Kasuaroo.

Al ver cómo dejo de retorcerse suspiro levantándose. Miro su pierna, golpeó su punta con el suelo y luego piso.

Su mano en el costado comenzó a brillar y camino directamente hacia Hoshiko .

Ella lo mira.

El también

— ¿Te vas a levantar o seguirás quieta ahí?

Hoshiko se levanta, mira su pierna y luego sujeta su costado.

— Lo siento...

— Cállate, estoy bien, vámonos. — dijo dándose la vuelta deteniéndose en seco mirando los cuerpos

Hoshiko noto esto y luego miro a los cuerpos también, con tristeza

— Quizas si me hubiera apurado...

— No

Hoshiko lo miro

— No habrías hecho nada.

Hoshiko agachó la cabeza

Yareth la miro

—...pero puedes hacer algo ahora...

Hoshiko lo miro, Yareth se dirigió a un árbol arrancando una rama especialmente grande, como del tamaño de su brazo entero.

— Tire mi bolso persiguiendote ¿puedes encontrarlo?

Hoshiko asintió y olfateo al aire, abrió los ojos y salio corriendo de la escena con un Yareth que mantenía su mirada fija en ell.

Suspiro. Encontró una piedra grande haciéndola rodar para ver su forma. Coloco su mano sobre esta, y tras un leve brillo la golpeó partiendo la a la mitad dos veces creando una especie de plato.

Las dejo juntas y comenzó a arrastrar los cuerpos para ponerlos en fila.

El silencio solo era interrumpido por ráfagas de aire que hacían crujir al aire.

Pasaron unos minutos. Hoshiko llego

— ¡¡¡Yareth!!! Aquí esta tu bolsa

Yareth simplemente la tomo sin decir una palabra sacando una cuerda. Ato la rama y el disco para hacer una especie de pala improvisada que empezó a brillar

Hoshiko abrió los ojos, estaba por preguntar pero...se quedó callada y miro a otro lado

— Uso Qi Emisor para reforzar la pala y que no se rompa — Yareth hablo sin voltear

Hoshiko lo miro, y sonrió

— ¿En que te ayudo? —se acercó

— haz algo util y vigila los alrededores...estoy demasiado agotado

Hoshiko asintió y retrocedió olisqueando el aire y mirando a todas direcciones. Yareth solo suspiro y comenzó a cavar.

 

El sol comenzaba a ponerse, Yareth detuvo su avance y miro al horizonte. El ambiente estaba callado, muy callado. Miro de reojo a Hoshiko, quien antes se la pasaba corriendo de un lado a otro balbuceando, ahora solo lo seguía en silencio mirando al suelo.

Yareth suspiro, no sabía si le gustaba más este silencio.

— Se nos hizo tarde...deberíamos buscar un lugar para acampar

Hoshiko alzó la vista y miro sus alrededores

— ¿A-al aire?¿Y-y si aparecen esos pájaros de nuevo? — empezó a temblar ligeramente.

— Has vivido toda tu vida en este bosque por más de cuatro años en ese bosque ¿y te preocupan unas aves? — volteo a verla con una expresión de fastidio y confusión

Hoshiko desvio la mirada

— Es que...te lastimaron por mi culpa.

Yareth suspiro

— Eso fue culpa mía, no preste atención, ahora avanza, no tenemos toda la noche — continuo su avance.

Hoshiko continuo avanzando en silencio tras el.

— Yareth...— pregunto titubeando

— Que

— ¿Que fue esa ave de hace horas?

— Fue un Kasuaroo, son unas aves muy territoriales. Siempre viajan en pareja. — contesto de manera monótona

Hubo un pequeño silencio.

— ¿Como sigue tu costado? ¿Y tú pierna?

— Ah, mi pierna ya la sane, no fue tan profunda, pero tardaré un rato en sanar mi costilla.

Hubo silencio.

— Vas a preguntar cómo lo hice ¿verdad? — pregunto fastidiado

Hoshiko asintió frenéticamente a lo que Yareth suspiro con una leve molestia.

— Use Qi Medico.

Hoshiko se me quedó viendo esperando más. Yareth bufo

— Es un tipo de Qi que permite acelerar la sanación del cuerpo...al menos ese es su uso principal

Hoshiko pensó un poco analizando lo que dijo sujetándose la barbilla.

— Habías dicho que había un tal Wiu cui que tenía cinco tipos, medico, Disparador..

— Emisor — Interrumpio Yareth

— Emisor, Potenciador, Mental y Correctivo

— Colectivo — Volvió a interrumpir Yareth.

— Y colectivo, ¿cuántos puedes usar tu?

— ¿Yo?...— titubio por primera vez deteniéndose un momento, luego volvió a caminar— puedo...controlar cinco...o algo así...

Al escuchar eso a Hoshiko se le iluminaron los ojos de sorpresa

— ¿¡Controlas los Cinco!? —grito emocionada— ¡Es increíble! ¡Debes ser muy podero...!

— No — Yareth se detuvo bruscamente volteando averla fijamente— Te equivocas

Hoshiko se detuvo mirándolo fijamente también, su mirada no mostraba fastidio, si no, decepción.

Yareth se dió la vuelta y continuo caminando

— Yo cometí un error, no lo cometas tu también.

Hoshiko quedó en silencio completo mirando a Yareth

— ¿Por qué...luces...tan triste?

Yareth se detuvo en seco y volteo a verla con algo de sorpresa.

Hoshiko se sobresalto y se rasco la mejilla

— Digo...este...yo...

Yareth suspiro y se sujetó el costado, estaba comenzando a punzarle de nuevo.

Soltó un pequeño quejido que alertó a Hoshiko haciendo que acelere el paso para quedar a su lado.

— ¿Estás b...?

— Por última vez...si — dijo exasperado— estoy bien.

Yareth suspiro y miro sus alrededores para ubicarse

— No falta mucho para el pueblo ¿puedes quedarte callada el resto del camino? Necesito concentrarme.

Hoshiko asintió poniendo sus manos en la espalda y siguiéndolo a su lado.

— Yareth....

— ¿Qué?...— respondió con la vena de la cien inchada

Hoshiko dudo en responder

— ¿Que significa sanación?

 

La noche envolvía la planicie con un manto espeso y frío. Las casas de madera oscura parecían hundirse en la penumbra, sus siluetas distorsionadas por el escaso brillo de los cristales apagados. Los techos de teja opaca goteaban humedad acumulada, y los refuerzos metálicos en las esquinas ya no parecían protección, sino heridas viejas cicatrizadas con urgencia.

No quedaban voces en el aire. Solo el crujido de la madera al enfriarse, el leve ulular del viento colándose por rendijas mal selladas, y el lejano quejido de alguna criatura nocturna.

Los puestos de los comerciantes estaban cubiertos con telas deshilachadas, sujetas con piedras para que no se las llevara el viento. Las raíces, los talismanes y las ropas colgaban como sombras olvidadas, inmóviles bajo la negrura.

Los postes de luz iluminaban tenuemente los senderos.

Detrás de las ventanas cerradas, se adivinaban siluetas fugaces o la tenue vibración de una vela encendida. Nadie salía. Nadie hablaba. El pueblo, en su silencio, parecía contener la respiración, como si supiera que el peligro no duerme.

Ese silencio se rompió por el sonido de pisadas. En medio de la oscuridad, un chico pelinegro y una chica de cabello blanco con mechones negros caminaban sin emitir palabras.

Yareth se detuvo mirando el pueblo callado.

— Por ahí —dijo, señalando un lugar.

Hoshiko miró en la dirección indicada, observando un establecimiento enorme con una única luz en la entrada.

El edificio se alzaba en una esquina más ancha del camino, donde las pisadas se acumulaban en barro reseco y fragmentos de grava. Su fachada era de madera envejecida por el sol y el viento, reforzada con listones cruzados de hierro oxidado. Un letrero colgaba torcido sobre la entrada, con letras borradas por la intemperie.

Hoshiko miró el lugar y luego a Yareth.

Yareth, como si pudiera adivinar lo que estaba por decir:

— Tú vienes de una cueva, no te quejes.

Dijo antes de que Hoshiko pudiera hablar, mientras entraban al establecimiento.

Por dentro, olía a humo viejo, lana mojada y carne curada. La sala común estaba iluminada por una lámpara de aceite que colgaba en ángulo desde una viga. Su luz temblaba como si le temiera a la noche. Un par de mesas seguían ocupadas por lugareños silenciosos que murmuraban con vasos en la mano, las sombras dibujadas en sus rostros como si llevaran máscaras.

Era una posada.

El suelo crujía a cada paso, cubierto por alfombras descoloridas que alguna vez fueron importadas, pero que ahora solo servían para amortiguar el frío.

Yareth y Hoshiko se acercaron a lo que parecía ser el mostrador. Detrás, un hombre calvo y somnoliento parecía “atender el lugar”.

Yareth se aclaró la garganta con algo de fuerza, despertando al hombre.

Sus ojos eran de color esmeralda y su piel era bronceada. Aunque sus ojos parecían apagados por el sueño, miró a Yareth y luego a Hoshiko, para después bostezar.

— Lo lamento —bostezó— pero aquí no aceptamos tortolitos, por el ruido.

— No somos nada. Quiero dos habitaciones. No importa que sean sencillas.

Su ceja tembló un poco.

— Oh, entiendo —bostezó— lamento su situación.

Hoshiko le jaló la gabardina a Yareth como una niña queriendo llamar la atención. Yareth volteó.

— ¿Qué quieres...?

— ¿Qué significa tortolitos?

— No hagas esto más difícil —su vena de la sien volvió a hincharse.

 

Las habitaciones estaban en la planta alta, subiendo por una escalera que parecía quejarse de cada huésped. Desde ahí, se oía el chillido ocasional del viento colándose entre las tablas, o el roce lejano de una puerta cerrándose mal. Nadie hablaba fuerte. Nadie preguntaba nada.

— Tu habitación está al lado de la mía. Si tocas la puerta mientras duermo voy a hacerte comer tierra —bufó.

Hoshiko tembló un poco y asintió. Yareth abrió la puerta de su habitación y se encerró.

Ella se quedó un momento afuera para luego voltear a ver su propia habitación. Tragó saliva y entró.

La habitación era pequeña, con paredes de madera clara y una sola ventana cubierta por una cortina raída. Una cama de marco metálico ocupaba la esquina, firme pero algo dura. Había una mesa baja con una jarra de agua y una vela consumida. Olía a polvo seco y lavanda vieja, pero al menos estaba limpia.

A Hoshiko se le iluminaron los ojos y se lanzó a la cama, saltando de alegría y gritando:

— ¡Qué bonito! ¡Así que esto es una cama! ¡Es más suave que las hojas! —Miró un espejo que la reflejaba— ¿Y qué es esto? ¿Esa soy yo? ¿Y esto?

Miró la vela y la intentó tocar, pero solo se quemó, gritando.

— ¡YA CÁLLATE!

Alguien de la habitación siguiente golpeó la pared, haciendo que Hoshiko se sobresaltara.

— ¡Perdón!

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En la otra habitación, Yareth miró con cierta decepción el lugar, que era una copia espejo del de Hoshiko.

— Bueno... por 50 Flons... supongo que es justo...

Suspiró, dejando caer su bolso a un lado mientras avanzaba.

Se quitó su gabardina y desenfundó las hoces, colocándolas sobre la mesa. Estiró un poco los brazos, aunque sintió un tirón en su costado.

Suspiró.

Comenzó a desabrochar su camisa negra de manga larga y se dirigió a mirarse al espejo.

Su torso, aunque no voluminoso, estaba definido por músculos tensos y marcados como cuerdas tirantes. No era un cuerpo de fuerza bruta, sino uno templado por la resistencia, el castigo y el tiempo. Esto se podía notar por todas las cicatrices que tenia en todo el cuerpo.

Entre ellas, en sus costillas, se podía ver una parte de la piel teñida de morado. Yareth se palpó suavemente la zona, emitiendo un quejido de dolor.

— No está sanando —pensó. Recordó lo vivido estos días—. Creo que me estoy sobrepasando...

Negó con la cabeza, intentando quitarse ese pensamiento mientras volvía a abrochar su camisa.

—...Y ni una noche decente desde que pisé Kaldrith. Debería dormir... Está vez aunque sea...

Suspiro frustrado mirando la ventana un momento

Se acostó suavemente en la cama sin más. Miró el techo y agudizó sus sentidos... comenzó a detectar nuevamente el Qi de la gente en toda la posada.

— Quizás fue fatiga.

Dudó de sí mismo un segundo. Como si buscara a alguien en específico, se cruzó de brazos y descansó... aún con su detección activa.

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Fin del capítulo 5